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Arde Forêt des Pins

En el año 1998 comencé a hacer un trabajo de investigación financiado junto al Dr. Tim Brothers, geógrafo de la Universidad de Indiana en Indianápolis. Después de haber terminado un estudio sobre la historia de la deforestación en Los Haitises que nos llevó desde 1994 hasta 1997, mi hermano Tim que había quedado maravillado de la naturaleza y la cultura del país me consultó para decidir cuál sería el próximo trabajo para realizar juntos. Sobre el tapete 3 temas 1. Hacer un estudio sobre la deforestación y vegetación del Parque Nacional Valle Nuevo; 2. Un estudio sobre la situación de los manglares en toda la costa de la isla y 3. Un estudio sobre la diferencia de vegetación en ambos lados de la frontera Dominico – Haitiana. La idea era escribir 3 resúmenes borradores y ver cuál de los tres podría tener más aceptación de financiamiento para una beca Fullbright.

De los tres temas a mí me llamaba muchísimo la atención el estudio de los manglares. Siendo presidente del grupo ambiente de Pucmm había tenido la dicha de participar en un curso de dos días preparado por el Instituto de Biología Marina dirigido por la mismísima Doña Idelissa Bonnelly de Calventi, en el cual aprendí muchísimo de los ecosistemas costeros y nunca más vi el mar de la misma manera. Sin embargo, en los ojos del gringo sé que había una curiosidad por entender la frontera y en cierta medida explicar un poco la gran diferencia que tenemos los dos países en su cobertura boscosa. Fullbright patrocinó el tema fronterizo y junto con el encargado del laboratorio de SIG de la IUPUI, Jeffry Wilson, en el 1998 comenzamos a recabar información satelital para comenzar el estudio. En el verano de ese mismo año vino Tim para iniciar los trabajos en el campo, el cual nos llevó, junto a David Etienne, haitiano estudiante de Isa, recorrer toda la frontera de sur a norte tanto del lado haitiano como del lado dominicano.

Más allá del trabajo este estudio me abrió los ojos a la cultura, historia y naturaleza de nuestro país siamés. Disfruté y aprendí muchísimo, leí todo lo que encontré sobre la historia de la frontera y constaté un situ la hermandad qué hay entre los pueblos vecinos, más allá de las diatribas políticas o más bien politiqueras. Viajé a casi todos los lugares excepto el transecto sur del lado haitiano que va de Fond Parisien hasta Anse a Pitre. Compromisos de trabajos en RD no me dejaron acompañar a Tim y a David en este último tramo. Me quedé con toda la curiosidad de conocer eso que en el mapa decía Forêt des Pines (Bosque de Pinos) pero más aún de conocer un pueblito que queda antes de llegar a Thiote, Savane Zombi, o sea que el asunto no es tal leyenda, si hasta un lugar de pernoctar tienen estos seres.

En el año 2016 participé como instructor en un curso taller impartido por la Universidad Isa a estudiantes y profesionales del sector café de Haití. La docencia se desarrolló en las instalaciones de ISA en Santiago con prácticas en fincas de café de la zona, pero más luego me convidaron para hacer una consultoría y apoyar cooperativas de caficultores en Baptiste, cerca de Hondo Valle y la Cooperativa de Caficultores de Belle Anse, en Thiote. Los zombis aparecían otra vez en mi camino.

El viaje fue desde Port au Prince, se toma la carretera como quien va a la frontera en Jimaní al llegar a Fond Parisien (más o menos 10km de Malpasse) se dobla a la derecha y se toma el camino a las montañas, lo que en Haití es el Massif de la Selle y que en RD llamamos Sierra del Bahoruco. Primero uno va por una carretera llena de piedra, la cual bordea un río y luego hasta otra que bordea el Río Blanco, desde donde se desencadenó la tragedia de la riada de este en Jimaní en el año 2004, misma riada que ocasionó quizás más muertes y dolor en el lado haitiano de la frontera.
Todo el paisaje es muy yermo, bosque seco y monte espinoso. Los terrenos se ven lavados, con poco suelo por la erosión y la actividad agrícola es escaza hasta llegar a Fonds Verretes. Desde allí la carretera es por la cresta de una loma empinada que al ver uno al este se encuentra que una de las mejores vistas que hay del Lago Enriquillo, sobre todo si es en horas de la tarde en el cual los rayos del sol poniente dotan de una belleza sin igual nuestro mar interior. Desde Fonds Verretes y hacia el sur el clima comienza a cambiar, se va sintiendo el frescor de las alturas, sin embargo, el paisaje de matorral y terreno degradado no cambia mucho, hasta más o menos una hora o 20 km más delante de Fonds Verretes, donde se encuentra uno después de un recodo de una curva, con un vasto bosque de Pinus Occidentalis, árboles bien adultos y aparentemente sanos. El contraste choca y mucho. Lo primero que me pregunté ¿Qué raro que este esto aun por acá, conociendo el historial de Haití con la deforestación y la utilización de madera para hacer carbón? Estábamos a más o menos 1,600 msnm. Como íbamos tarde en nuestro camino hacia Thiote, ni siquiera pude parar a tomar unas fotos de este bosque fantasma, pero mes dejó fascinado al pasar.

Después cuando tuve chance investigué un poco más.

Forêt-des-Pins es un pueblito y también una Reserva Forestal, área protegida en Haití. Se caracteriza por su extensión de bosques de coníferas tropicales y subtropicales, dominada por la especie endémica Pinus occidentalis. El bosque llega hasta a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar. De las 32.000 hectáreas de pinos de principios del siglo XX, hoy no quedan más de 6.000. La deforestación masiva del Forêt des Pins, ubicado entre Haití y la República Dominicana, provoca inundaciones y, en ocasiones, deslizamientos de tierra mortales todos los años.

En la década de 1930 bajo el impulso de agricultores y madereros, se aceleró la tala anárquica de árboles en Haití. Treinta años después, bajo el gobierno de François Duvalier, la lucha contra los «kamokens» (nombre dado a sus opositores políticos) hizo de la tala sistemática de árboles un medio de vigilancia del territorio, o sea la deforestación y no plantación de árboles era una estrategia antiguerrilera. Aunque no lo crean eso mismo constaté cuando trabajé en el CEUR de PUCMM en las montañas del norte de Santiago. Investigando sobre esa zona encontramos que los planes de reforestación que se planeaban no eran bien vistos por el Departamento de Estado de Estados Unidos, ya que estas zonas podrían en el futuro convertirse en zonas de focos guerrillero. Durante el período de Papa Doc los pinos fueron explotados por empresas extranjeras para la fabricación de un aceite a base de resina destinado a la industria aeronáutica.

En el año 1962 se promulgó la ley del Código Rural la cual prohíbe el desmonte o deforestación de terrenos en pendiente. Según un decreto que data de 1937, el área está clasificada como “zona especial”, beneficiándose así de cierta protección contra la tala ilegal. A pesar de ello, cuando Jean-Claude Duvalier, Baby Doc, dejó el poder en 1986, el continuo deterioro de las condiciones de vida de los campesinos tuvo como corolario la intensificación de la tala de árboles, un tráfico que se requería para abastecer la capital y otras regiones de carbón como fuente de energía para los hogares.

Hoy, la cubierta vegetal del municipio de Fonds-Verrettes presenta un triple aspecto: en la parte norte, una zona extremadamente degradada; en la zona de Terre-Froide, una zona poco degradada y, en la parte sur, con una cobertura vegetal aceptable pero muy amenazada por los agricultores y carboneros que regularmente incendian el pinar.

¿Pero cómo y porque se mantiene esta reserva todavía en pie estos pinares? Encontré información de casi 10 años que decía que hay o había siete guardaparques encargados de monitorear el bosque en el lado haitiano. Insuficientemente equipados y con sólo dos vehículos todo terreno a su disposición, uno de los cuales es para combatir el fuego. Estos agentes del Ministerio de Medio Ambiente deben hacer frente periódicamente a incendios forestales de origen delictivo. Uno de los guardaparques decía “Los campesinos prendieron fuego al bosque para talar fácilmente los árboles y al mismo tiempo ganar tierras para cultivar zanahorias, lechugas y papas. “Todo este espacio estuvo una vez cubierto de bosque”.

En la década de los 1980 se ejecutaba un proyecto para proteger Foret des Pins, sin embargo, el coordinador de dicho proyecto resultó gravemente herido de bala en la cabeza por oponerse a un aserradero descontrolado en manos de los militares. Después de eso El Banco Mundial detuvo su financiación y los donantes renunciaron a proyectos importantes, dejando el campo abierto a iniciativas a pequeña escala de las ONG. Con el fin de encontrar soluciones a la continua degradación del Pinar, los habitantes de Fonds-Verrettes y sus autoridades locales han intentado juntos, durante un foro comunitario sobre la gestión del Bosque, proponer medidas para proteger este patrimonio.

A pesar de estas informaciones unas trágicas y otras alentadoras una cosa es cierta, de mi paso por este lugar me llamó la atención que más allá de los árboles adultos no se ve una sucesión de otros árboles más jóvenes que serían la sustitución de la vegetación cuando los árboles grandes mueran o desaparezcan, o al menos eso vi en el espacio que se recorre por la carretera. Debajo se ven chivos y ovejos pastando, alguna que otra vaca y casas de campesinos, como un sistema silvopastoril, aunque no soy ingeniero forestal, si pensé en la sostenibilidad de este espacio en el tiempo. Así que cuando en el día de ayer vi en las noticias que hay un incendio forestal en esta zona, me entró un frío de esos malos que le entran a uno por el dedo gordo del pie izquierdo, solo pensando que esta podría ser la última oportunidad para estos árboles, estos territorios, esta gente. Quizás el territorio Zombi este creciendo en su influencia geográfica.

Autor: Amadeo Escarramán