«Esto es increíble. Nunca en mi vida había visto el malecón sin agua. Aquí sólo se ve un riachuelo. Es impresionante».
Este es el testimonio de Gabriela Vildósola, una vecina de la ciudad de Iquitos, hablando sobre el descenso histórico del río más caudaloso del planeta, el Amazonas.
Según informaron las autoridades de la ciudad, el nivel del río llegó a los 105 metros esta semana —50 cms por debajo de la anterior baja, que se produjo en 2004. Datos de la Marina peruana indican que el nivel promedio en esta época del año es de 110 metros.
Hablando con la BBC desde su oficina al borde del río, Vildósola, que trabaja en el Instituto de Cultura, añadió que «todos estamos muy preocupados porque nosotros nos abastecemos sobre todo por el río», dijo.
Iquitos es la única ciudad del Perú a donde se llega solamente por río o por aire, y su abastecimiento de productos de primera necesidad se produce sobre todo por vía fluvial.
Suben los precios
Según se supo, las lanchas de abastecimiento están tomando el doble de días en su recorrido, en algunos casos más de 30 días, lo que explica el alza de los precios de alimentos y productos de primera necesidad.
El costo del gas —que usa la mayor parte de la población en la cocina— pasó en pocos días de 37 soles (US$13) a 75 soles (US$27).
El jefe del Servicio de Meteorología e Hidrología en la ciudad amazónica, Marco Paredes, señaló que la causa principal de este fenómeno «es que no está lloviendo en las cuencas de los ríos Ucayali, Huallaga y Marañón», que son los afluentes principales del Amazonas.
Para José Álvarez, biólogo del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) en Iquitos, esto no solamente es consecuencia del cambio climático sino también «de la deforestación salvaje y la minería informal».
Según explicó, las lluvias que alimentan estos bosques se producen en un 50% por humedad que se evapora de los bosques amazónicos. «Si los bosques han sido deforestados, no sube humedad y en consecuencia, no llueve», comentó.
Para él ésta es la segunda señal de alarma que da el Amazonas. «La primera —explicó— se produjo con la sequía de 2004».
«Hay que detener la agresión a los bosques amazónicos», dijo.
El jefe de la oficina de Defensa Nacional de esa región, Robert Falcón, señaló que se están tomando medidas para proteger a la población. Una de ellas sería «establecer un puente aéreo que garantice el transporte de los artículos básicos».
Para Álvarez, las medidas tendrían que ir más allá. «Si no se detiene la deforestación no se qué va a pasar con el Amazonas. Podemos empezar a ver los primeros refugiados climáticos de esta región, porque la gente no puede vivir sin agua», recalcó.
El río Amazonas, con sus 225.000 m3/seg, es el río más caudaloso del planeta. Pero también el más largo, con 7.000 km de longitud que van desde su nacimiento en los Andes peruanos hasta su desembocadura en el Atlántico.