Es loable su interés por recuperar los bosques y salvaguardar los ríos del país, también el hecho de convertir esta acción como un modo de producción para los habitantes de las zonas identificadas y mejorar su situación económica. Sin embargo, Sr. Presidente, cuidado con la amplitud de estas acciones, específicamente con la siembra de aguacates que no es un árbol propicio para la reforestación aunque sí generaría riqueza en una determinada comunidad.
Es conocido el efecto que ha tenido la siembra de aguacate en los bosques vírgenes de Michoacán, México. Del mismo modo, localmente hemos visto lo que sucede cuando desmontamos bosques vírgenes para sembrar esta u otra fruta alterando elementos del microambiente que finalmente causan estragos en la biodiversidad. La cuenca baja del río Mulito ha sido afectada por esta acción en un tiempo relativamente corto.
Ahora le toca el turno a la comunidad de Trinidad en Bayaguana, un área considerada de amortiguamiento de los Haitises. La siembra de aguacates en esta localidad podría comprometer el bosque húmedo subtropical de la zona y seguramente afectará no solo la biodiversidad sino los afluentes que alimentan el río Comate, río Yabacao y posiblemente el río Comatillo. Esta acción está avalada por Medioambiente y seguramente cargada de las mejores intenciones, pero el costo a mediano plazo es muy alto. Es por esta razón que pedimos su intervención para que delimite la cantidad de tareas que se pretendan trabajar y se busque un equilibrio entre la gestión económica y la permanencia de las riquezas naturales sin desmontar los exuberantes bosques que tiene la zona.
El principal atractivo y recurso económico que tiene la provincia de Monte Plata es el agua y su biodiversidad: ayúdenos a protegerlas.
José Saviñón
Diario Libre