La imagen paradisíaca de extensas playas de arena blanca rodeada de cocoteros que tanto atrae a los turistas, puede ser una muestra de peligro de erosión que enfrentan esos ecosistemas.
El geofísico especializado en oceanografía, David Berdellans, advierte de lo “terrible” que pueden ser esas plantas en los procesos de erosión, cuando no se colocan con la distancia requerida.
“Los cocos afectan tremendamente la playa, son terribles cuando están en la zona húmeda de la playa”, indica. Señala que tantos los cocos como cualquier otro tipo de palma, deben estar por lo menos a 10 o 15 metros del límite del borde donde llegan las olas en cualquier momento.
Ello se debe, según explica, a que las raíces de esas plantas compactan la arena acelerando la erosión. Rechaza la idea de algunos de que incorporar esas especies al paisajismo de la playa sirva para atrapar arena.
El geofísico de origen cubano, también cuestiona los procesos de limpieza de las playas usando maquinarias, ya que éstas compactan la arena. También ve un error en enterrar el sargazo a orilla del mar pensando que en algún momento se convertirá en arena. “No se convierte en arena y eso es peor, porque modifica la propiedad física de la arena”.
De Boca Chica
Berdellans, uno de los investigadores que en el año 2003 realizó un estudio sobre la condición física y oceanográfica de la playa de Boca Chica, de la mano de la Academia de Ciencias, y que arrojó un alto grado de contaminación y erosión, insiste en la necesidad de que ese lugar sea intervenido con vertido de arena, pues asegura que no se puede recuperar por sí sola.
Turismo
Las intenciones expresas de las autoridades del Ministerio de Turismo es que la playa de Boca Chica se regenere sola, mediante la liberación de las zonas ocupadas por años, tanto por comercios formales como informales. Aseguran que el vertido de arena ya no es opción, porque terminan perdiéndose, además de que son proyectos costosos.
POR TANIA MOLINA
Vía: http://www.diariolibre.com/