Les acogemos con la hospitalidad que nos caracteriza y les deseamos una estadía agradable en nuestra media isla.
Estamos conscientes de la delicada tarea que les ha sido asignada en el sentido de emitir una opinión con respecto a si es técnicamente viable la instalación de una cementera y una explotación de calizas, en la zona periférica del Parque Nacional de Los Haitises.
Sin ánimos de parecer maleducados y con la mayor consideración, les comunicamos que la opinión que ustedes emitan no variará nuestro convencimiento, ni el de la mayoría de los dominicanos, que se han expresado pública, abierta y convincentemente en contra de dicho proyecto.
La opinión de ustedes ha sido requerida por el gobierno dominicano, que al parecer se siente incapacitado para adoptar decisiones por propia convicción, y prefiere oír opiniones externas antes que el grito interno casi unánime en contra del Proyecto.
Colocándonos en una posición positiva, asumimos que el gobierno dominicano quiere de ustedes una opinión “desinteresada” e “imparcial”, que le permita rechazar el Proyecto y al mismo tiempo quedar bien con los empresarios promotores del mismo, que han demostrado tener una enorme capacidad de presión.
Confiamos en la calificación técnica y la ética profesional de ustedes, así como en la reputación de la organización internacional que les ha escogido para esta misión.
En tal sentido, deseamos expresarles algunas humildes consideraciones que espero puedan contribuir en algo al éxito de su misión.
Les adelanto que nos llena de aprehensión que la Comisión Técnica esté encabezada por un ex-ministro de medio ambiente de la hermana República de Colombia, el Sr. Juan Mayr Maldonado, que en su gestión fue denunciado por grupos indígenas de Alto Sinù y de la Sierra Nevada de Santa Marta, por alegadamente maniobrar a favor de la Hidroeléctrica Urrà y la Petrolera Oxidental, en contra de las comunidades indígenas y del patrimonio natural de su país.
Decirles también que nos preocupa que el Sr. Mayr Maldonado, según las informaciones filtradas, durante sus primeros días en el país no haya contactado a ninguna de las partes que se han opuesto a la referida Cementera, y en cambio, según esos informes, ya ha sobrevolado la zona en un helicóptero de los dueños del Proyecto y se haya reunido con autoridades de la Secretaría de Medio Ambiente, que en este caso no ha asumido consecuentemente el rol de representante del interés público y responsable de la conservación de los recursos naturales y el medio ambiente de la República Dominicana.
A pesar de estos indicadores preocupantes, estamos esperanzados y convencidos que el informe que ustedes producirán no podrá tener otra conclusión que no sea la de recomendar que no sea instalada la planta de fabricación de cemento, ni la explotación minera en la zona de influencia de un área de tanto valor ecológico y especialmente hídrico.
Es bueno que tengan presentes en sus indagatorias, algunos aspectos importantes.
En primer lugar, que nadie ha rechazado ese proyecto con el argumento de que se ubica dentro de los límites del Parque Nacional de Los Haitises.
Originalmente, el mismo informe de los técnicos de la Subsecretaria de Aéreas Protegidas y Biodiversidad de la SEMARENA, indicaba que un porcentaje estaba dentro de los límites del Parque, pero pudieron haberlo retirado ya que era una porción aparentemente no muy significativa.
La oposición es porque el Proyecto se ubica en la zona de influencia del Parque Nacional, zona que debe ser manejada como de amortiguamiento, ya que es parte de la misma unidad hidrogeológica y de uno de los paisajes cársticos más conspicuos del mundo.
La oposición es porque la zona constituye una de las principales áreas de captación de agua, y por ella, como por toda la periferia sur del Parque, se alimenta el acuífero que proporciona el agua a la zona oriental de Santo Domingo y a las provincias de Monte Plata, parte de la de Hato Mayor y de la de San Pedro de Macorís, constituyendo el segundo acuífero más importante del país, según estudios del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y la propia Subsecretaría de Suelos y Aguas de la SEMARENA.
La oposición es también porque en la zona de amortiguamiento de un área protegida, categoría II de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza, no se deben permitir actividades que afecten tan drásticamente el paisaje, la topografía, el flujo hídrico, la flora, la fauna y los ecosistemas.
Les dirán que no hay zona de amortiguamiento definida en la Ley, lo cual es uno de los defectos de la Ley Sectorial de Aéreas Protegidas (No. 202-04), por los cuales en estos momentos está sometida a un proceso de revisión en el que participa la propia SEMARENA.
Pero deben saber que en Decretos anteriores, como el 233-96 y el 81-92, gran parte de los terrenos donde se pretende establecer la Cementera y la explotación de calizas eran parte de la ZONA NUCLEO del Parque, no simplemente de la de amortiguamiento.
También recordarán, que aunque es conveniente, no necesariamente tiene que estar definida por ley la zona de amortiguamiento.
Basta con saber que una zona guarda una relación paisajística, topográfica, geológica, hídrica, socioeconómica o ecosistémica, aunque estos aparezcan alterados, con un área natural protegida para considerarlas como parte de su zona de amortiguamiento.
Deberán considerar el componente social. Al indagar se enterarán del abuso a que han sido sometidas por años las familias que fueron desalojadas violentamente de la zona del Parque en el año 1991, zona que ahora se concede tan graciosamente.
A ellos se les prometió pagarles los cultivos destruidos, se les prometió viviendas y se les prometió tierras para trabajar. Nunca se les ha cumplido.
El Parque Nacional de los Haitises estará siempre bajo amenaza si no se completa el proceso de reubicación de los desalojados. Las tierras concedidas al Consorcio Minero Dominicano en condiciones espurias para el Estado Dominicano, son parte de las tierras que pueden ayudar a resolver la presión social sobre el Parque y al mismo tiempo hacer justicia con miles de familias afectadas.
Finalmente, les informo que de sus recomendaciones puede depender el futuro del Parque Nacional de Los Haitises y DE TODO EL SISTEMA NACIONAL DE AREAS PROTEGIDAS.
De ser reiterada la autorización para instalar la cementera y la explotación minera en esa zona periférica del Parque, automáticamente se abrirán las compuertas para otros proyectos similares en el entorno de ese Parque y de todas las áreas protegidas del país.
Nuevos promotores automáticamente adquirirían el derecho a solicitar concesiones similares, y como podrán comprobar, este sería el principio del fin de una de las áreas protegidas emblemáticas del país, de la región y del mundo.
En tal sentido, les informo que todo el Parque Nacional de Los Haitises está rodeado de concesiones que esperan para iniciar explotaciones mineras si esta es finalmente impuesta.
Incluso, todas las áreas protegidas del país están rodeadas de concesiones mineras, que esperan con picos, maquinarias y dinamitas en manos que este Proyecto prospere, para iniciar explotaciones similares en torno a todas las áreas protegidas del país.
Para confirmar, basta indagar en la Dirección de Minería las concesiones de exploración y de explotación existentes y superpongan el mapa de estas concesiones al mapa nacional de áreas protegidas. Podrán ver gráficamente la gravedad de una decisión favorable a este Proyecto y la cadena de destrucción ambiental que esta generaría.
Esperamos con ansia les presenten una salida airosa a los tomadores de decisiones, que devuelva tranquilidad a los dominicanos y la certeza de que al menos por esta vez, la sensatez prevalezca y el interés público no sea una vez más aplastado por el interés particular.