Por: Simón Guerrero
«¿Por qué las aves recorren volando distancias tan grandes? Porque no pueden recorrerlas caminando.» Incluyo esta cita sólo para mostrar lo malos que suelen ser los chistes de los ornitólogos. Dice Paul Kerlinger, en un libro clásico sobre el tema (How Birds Migrate), que las personas que viven en climas fríos tienden a creer que las aves se mudan en primavera y otoño exclusivamente para evitar los inviernos muy crudos. Esto es sólo parcialmente cierto. La migración es una forma de aprovechar los recursos que son abundantes en una estación y evitar períodos o lugares en los cuales éstos escasean o el clima es muy hostil.
Muchas especies toleran bien temperaturas bajas si la comida abunda, como es el caso de la paloma común y los gorriones, que como viven en ambientes urbanos donde disponen de alimento, nunca emigran. La escasez de alimento, consecuencia muchas veces del clima, es la causa principal por la que las aves emigran. Donde quiera que hay aves hay migración. Tanto las aves del Ártico como las aves tropicales emigran. Lo mismo hacen las que viven en las montañas, en los bosques, en las praderas, en los desiertos, islas y cualquier hábitat imaginable. La migración es parte de la vida animal y se trata de una conducta increíblemente diversa, que es una adaptación lograda en millones de años de selección natural.
En las regiones templadas del hemisferio norte, el alimento abunda durante un período de tiempo muy corto. En los meses de junio y julio, esa región se llena de insectos tanto acuáticos como terrestres y es en esa época que muchas especies se reproducen. El Playero Pectoral (Calidris melanotos) que llega a la tundra ártica a principios de junio, depende de los insectos para acumular la energía y el calcio que necesita para sus huevos y para criar sus polluelos. Estas aves emigran a otros lugares como la Bahía de Delaware, donde abundan los insectos en primavera.
¿A qué hora emigran?
Se trata de un fenómeno muy complejo en el que intervienen múltiples variables. Algunas aves, como las ciguitas migratorias (warblers), emigran durante la noche, lo que les permite disfrutar de temperaturas más frescas y rutas libres de depredadores, aunque tienen que batir constantemente las alas.
Las aves de rapiña, por el contrario, emigran durante el día, ya que se valen de las corrientes de aire caliente que producen los rayos del sol, las cuales aprovechan para elevarse y recorrer planeando cientos de millas con un gasto energético mínimo. Las golondrinas y los vencejos también emigran en horario diurno, ya que se alimentan de insectos voladores que sólo están activos durante el día.
¿Qué tan alto vuelan?
Al igual que los aviadores, las aves prefieren la altitud donde pueden aprovechar las mejores condiciones del viento. Esto varía dependiendo de la hora del día, la época del año, la topografía de la tierra sobre la que vuelan y el clima. Debido a que a mayores altitudes los vientos son más fuertes que cerca de la superficie de la tierra, cuando los vientos tienen la misma dirección de la ruta migratoria, las aves tienden a volar más alto que cuando la dirección del viento es contraria. (Continuará)