Cuatro activistas de Greenpeace lograron el día 31 de agosto eludir un fuerte dispositivo de seguridad y acceder a una plataforma petrolífera de la compañía británica Cairn Energy en Groenlandia. Los cuatro voluntarios se han descolgado de la plataforma y permanecen suspendidos a 15 metros sobre el mar, lo que ha obligado a paralizar las labores de perforación.
Los escaladores cuentan con tiendas de campaña y víveres suficientes para permanecer suspendidos durante varios días. Si logran detener las labores de perforación tan solo durante un corto periodo de tiempo, la empresa petrolera tendría serias dificultades para completar la prospección antes de que comiencen las duras condiciones invernales que obligarían a parar las operaciones hasta el próximo año, lo que daría tiempo suficiente para intentar alcanzar una prohibición mundial de estas operaciones en aguas profundas.
Según ha manifestado uno de los activistas participantes en la acción, el estadounidense Sim McKenna, «es necesario mantener a las empresas energéticas fuera del Ártico y acabar con la adicción al petróleo, por eso vamos a frenar la actividad de esta plataforma de perforación durante el tiempo que podamos. El desastre de BP en el golfo de México ha demostrado que hay que buscar alternativas al petróleo. Esta plataforma es la que puede desatar la fiebre del petróleo en el Ártico, lo que supone una gran amenaza para el clima y pone este frágil entorno en riesgo «.
La Esperanza de Greenpeace
En la zona se encuentra desde hace nueve días el barco de Greenpeace Esperanza, siempre vigilado de cerca por un buque de guerra danés y una flotilla de barcos de la policía con equipos de operaciones especiales a bordo. A pesar de ello, no han podido impedir que los activistas accedieran al perímetro de 500 metros alrededor de la plataforma, lo que exige la paralización de las actividades según el protocolo de seguridad.
Es probable que la empresa se esté planteando desplazar las labores de prospección unos 100 kilómetros, ya que aún no ha encontrado petróleo en este punto, por lo que la acción de denuncia de Greenpeace podría lograr que este traslado se retrasase o incluso se cancele.
La semana pasada Cairn anunció que había encontrado gas a pocos kilómetros de esta plataforma, pero no petróleo. El frágil entorno al oeste de la isla Disko se conoce como el «callejón de los icebergs«, debido a su abundancia en la zona y a las condiciones ambientales extremas. Esto había disuadido a las compañías petroleras de operar en la zona hasta el momento. Sin embargo, las grandes petroleras vienen observando con atención las actividades de Cairn. Si esta empresa, con sede en Edimburgo encuentra petróleo, los analistas esperan que se produzca una nueva «fiebre del petróleo» en el Ártico. Gigantes como Exxon y Chevron, entre otros, ya han comprado licencias de perforación en la zona y realizan los preparativos necesarios para operar.
Jon Burgwald, un activista de Greenpeace a bordo del Esperanza, situado a un kilómetro de la plataforma, ha declarado: «En lugar de dejar que las compañías petroleras perforen en busca de la última gota de petróleo en lugares vírgenes como el Ártico, nuestros gobiernos deben impulsar el desarrollo de fuentes de energía renovable necesarias para combatir el cambio climático y reducir nuestra dependencia de combustibles sucios”.
Via: Ambientum