Por: José Antonio Torres
Eran sólo 25 los jóvenes que optaron por convertirse en guardianes de la naturaleza, pero daba la impresión que se trataba de centenares, dado lo alto que estaba su moral al momento de recibir la distinción de guardabosques.
En el rostro de cada uno de ellos parecía reflejarse la imagen de Julián Sánchez, Héctor Rustang, Bienvenido Pérez Turbí, Germán Adames Quiroz y Juan Julio Castillo, quienes se han convertido en íconos de la defensa de las áreas protegidas, dado sus 15 años de labor desinteresada a favor de la naturaleza.
Un guardabosque o guardabosques es una persona dedicada a la protección y conservación de áreas naturales como bosques o parques forestales, así como también los recursos naturales de esas zonas y sus espacios culturales.
La bibliografía sobre el origen de los guardaparques dominicanos es escasa, al parecer tuvo que venir desde el exterior la advertencia sobre los riesgos a que se expone el país sino protegemos el ambiente.
Todo vino con el Protocolo de Kioto, y los congresos internacionales sobre el cambio climático, que han generado conciencia.
Pero desde el año 2000, con la creación del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, y la integración en el mismo de importante ambientalistas, las cosas comenzaron a cambiar.
El interés de estos muchachos por proteger la naturaleza, merece el reconocimiento de toda la sociedad, aún sin conocer el nombre de ninguno de ellos, su actitud es suficiente.
Durante la ceremonia de graduación, el ministro de Ambiente y Recursos Naturales, doctor Jaime David Fernández Mirabal, lo comparó con un ejército preparado para hacer la guerra al cambio climático, y a los depredadores de los ecosistemas.
En una breve exhortación, explicó que los países como República Dominicana tienen que preparar su Ejército no para la guerra con otras naciones, sino para controlar la inmigración, proteger la naturaleza, luchar contra el narcotráfico y garantizar la seguridad ciudadana.
“Eso deben ser los cuatro objetivos fundamentales de cualquier ejército, y ustedes forman parte de él, porque su compromiso de protección al ambiente es un compromiso con el planeta y las futuras generaciones”, expresó el ministro ambiental.
De su lado, el coronel Francisco Santos Tolentino, director del Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa), organismo que coordinó el curso, dijo a los jóvenes que pasaban a formar parte de una nueva profesión, que le permitirá convivir con la naturaleza y enseñar a otros hacer lo mismo.
Indicó que a partir de la fecha y con la colocación de 25 nuevos guardabosques en las áreas protegidas habrá una reducción significativa de los delitos ambientales.
Pidió a los graduandos demostrar la eficacia y eficiencia que la sociedad espera de ellos, en los bosques, laderas y montañas; en los ríos y arroyos, que es donde realmente el país los necesita.
“Porque de lo que ha tratado este entrenamiento es de enseñarlos hacer bien su trabajo, porque será la única forma de demostrar al país que el esfuerzo valió la pena”, expresó el militar y ambientalista.
Déficit
Los países en vías de desarrollo, entre los que está la República Dominicana, necesitan alrededor de 140 mil guardabosques o guardaparques, en adición a otras 14 mil personas entre personal de apoyo (militares), administrativo y profesionales del área.
Los parques nacionales y otras áreas protegidas que sí cuentan con personal, todavía necesitan el doble de lo que tienen ahora.
De modo que, el déficit total de guardabosques o guardaparques es 105,000, mientras que en las otras categorías faltan 21,000 personas.
Los números se basan en cálculos individuales de cada área protegida registrada en la base de datos del Centro de Monitoreo de la Conservación Mundial (WCMC) del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en Cambridge.
No hay duda de que las áreas protegidas en países desarrollados también sufren déficit de guardabosques, y queremos mencionar la falta severa en todos los países mediterráneos, que poseen la biodiversidad más alta en Europa, y, desde luego, la financiación de guardaparques en esos países es posible a través de nuestro programa.
Pero en general, las necesidades de países prósperos son relativamente pequeñas en comparación con los países del estudio.
Los deberes de los guardabosques son tan variados y diversos como las zonas que resguardan y en años recientes se han vuelto sumamente especializados.
Independientemente de sus obligaciones regulares en cualquier disciplina, el objetivo de todos los guardabosques es el de conservar los recursos naturales para las futuras generaciones.
Via: El Nacional