Este es un pueblo sin suerte, pero algún día Dios se acordará de Miches”. La expresión, pesimista y esperanzadora, la pronuncia ocasionalmente Maroa Amparo, una ciudadana que ha superado y vencido muchos obstáculos para sobrevivir entre las adversidades y amarguras de un pueblo pobre, aislado, al que hace 60 años sólo era posible llegar a lomo de animales, a través de serpenteados trillos y caminos entre montañas.
Para la época en que Maroa llegó a Miches para convertirse en una de sus colonizadores, no había carreteras. Doña Maroa, con un siglo de vida, recuerda los momentos aciagos en que se establecieron aquí los primeros habitantes. Para esos años, mucho antes de que fuera inaugurada la carretera Miches-El Seibo, en 1949, había que cerrar bien las puertas de los hogares en las noches lluviosas, para evitar la invasión de cangrejos, y debían proteger bien las camas con gruesos mosquiteros que protegían de las plagas de mosquitos y jejenes.
“Los mosquitos y jejenes llegaban por enjambres de noche”, recuerda Maroa. Todavía abunda este díptero en Miches, un pueblo que tiene contacto directo con el mar. Es más pequeño que el mosquito y su picadura es irritante.
Urgando en su longevamemoria, doña Maroa revive esos recuerdos. Ocasionalmente se junta con José de la Cruz y otros ancianos a reeditar mentalmente sus añoranzas. Esa etapa de sus vidas quedó atrás. Ahora piensan en el futuro inmediato para sus familiares y para el resto de los habitantes que reclaman acciones y decisiones económicas que mejoren la calidad de vida de la gente.
En este municipio, habitado por algo más de 20,000 seres humanos, queda todavía mucha gente que abriga la esperanza de ser testigo del esperado desarrollo económico de la zona, que se cifra en el despegue de las actividades turísticas.
Sin embargo, en tres décadas, poco han cambiado las cosas.
El desastroso estado de las carreteras que une a esta zona con el resto del país es deplorable. El turismo no acaba de arrancar. Ni siquiera ha encendido los motores.
La región tiene muchos atractivos turísticos, pero las vías de comunicación ni motivan ni estimulan a los amantes de la naturaleza.
Las energías permanecen activas. Una de las razones fue la frecuencia de visitas del ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales a la región. En menos de 30 días, el doctor Jaime David Fernández Mirabal estuvo en tres ocasiones en Miches. Dos visitas a mediados de mayo y otra a principios de junio desbordaron las expectativas de la gente. Por supuesto, el funcionario viajó en helicóptero. En Miches, hace tiempo que un personaje del Gobierno no llega en vehículos por tierra, pues las carreteras son, sencillamente, intransitables.
¿Cuáles fueron los motivos reales de las inesperadas visitas del ministro de Medio Ambiente a la zona? ¿Quería cerciorarse de que se establecieron los límites definitivos del área protegida de Laguna Redonda y Limón? ¿Supervisaba el área de 12 millones de metros cuadrados en la que será concretado el proyecto turístico inmobiliario más grande del país, antes de otorgarle los permisos ambientales? ¿Le inquieta a Jaime David la situación de Laguna Limón?
Hay muchas otras interrogantes entre los lugareños y pequeños empresarios turísticos. Pero algo se mueve en la región. Entretanto, varios proyectos turísticos están paralizados, a la espera del primer paso de Medio Ambiente para despejar el camino.
Unidos por una causa
Las comunidades beneficiarias del turismo sostenible en esta región se han unido por una causa común: los recursos naturales. A la cabeza de está el Comité Pro-Desarrollo Turístico y de Conservación de los Recursos Naturales de Miches (Conatura-Miches).
Ésta ha suscrito un acuerdo con la fundación Tropicalia para esos fines, como parte de su filosofía, asumiendo el compromiso de apoyar todas las iniciativas, públicas y privadas, que impulsen el desarrollo socioeconómico de esta región.
A esa iniciativa se sumarán los cabildos de Miches y del distrito municipal de El Cedro. Además, los líderes comunitarios promueven reuniones y encuentros con ganaderos, parceleros, pescadores y propietarios de terrenos, a quienes explican el interés común de proteger y conservar los recursos naturales, las especies de flora y fauna. Otro objetivo es armonizar intereses para prevenir conflictos entre propietarios de terrenos, instituciones gubernamentales, grupos profesionales organizados y empresas que ejecutarán proyectos turísticos.
El Convenio
Andri Garrido
Presidenta de CONATURA
“Hoy empezamos a ver algunos de nuestros sueños hacerse realidad. Tenemos muchos años luchando y a la espera de que los escollos y las dificultades para que Miches salga del atraso empiecen a desaparecer.
Al final está sucediendo. El proyecto Tropicalia representa para nosotros una respuesta a lo que tanto hemos reclamado y anhelado. Queremos ofrecerle nuestro apoyo, actuando siempre dentro de la legalidad y de lo que realmente conviene para todos.
La firma de convenio es un compromiso que nos compromete a trabajar juntos para impulsar el desarrollo de Miches. Vamos a acompañarlos en este proceso, siempre en el marco de la legalidad y de la institucionalidad.
Gracias por haber elegido a Miches para desarrollar un proyecto turístico inmobiliario tan importante. Este es una buena zona para hacer inversiones. Gracias por tomarnos en cuenta y tenernos presentes”.
William Phelan
presidente de la Fundación Tropicalia.
“Yo creo que quienes debemos dar las gracias somos nosotros por el voto de confianza de Conatura-Miches. Estamos comprometidos, no sólo con la República Dominicana, sino en especial con Miches. Pero obviamente es una inversión económica es una inversión que no es viable sin el patrimonio ambiental, es decir, nada de lo que estamos haciendo o proponemos hacer tendría sentido si no existe el patrimonio ambiental.
A menudo la gente me pregunta ¿por qué Miches? ¿Por qué creen que en Miches, en playa Esmeralda, en el proyecto de Laguna Redonda? La respuesta es que este lugar es diferente a todos. La gente que nosotros traemos y llevamos nos dice que nunca han visto un sitio más bello y hermoso que Miches. Las montañas, los ríos, la playa, los cocoteros, todo eso es increíble y este es el verdadero paraíso.
Tenemos una relación amistosa. Debemos estar abiertos, cumplir las cosas en buenos términos, sin complicaciones. Pueden estar seguros de que vamos a enfrentar dificultades en el proceso, de que vamos a pasar momentos difíciles, momentos en que vamos a trabajar duro, en un frente único para hacerle frente a las dificultades. Pero recuerden, la unión hace la fuerza.
Via: Hoy Digital