Deforestación en bosque seco de Montecristi, mientras en plena ciudad, en Tamboril, arrasan samanes históricos. Pedro Genaro denunció por tweeter la depredación de Manglares en laguna Limón, en la provincia Independencia.
En San José de Ocoa, varias organizaciones denunciaron también desmontes en varias comunidades, incluso la construcción de un reservorio de agua lluvia en un lugar de alto riesgo en la Loma de la Cruz. También en la misma provincia se llama la atención sobre acumulación de sedimentos movidos en la construcción de la carretera de Rancho Arriba que, si no se toma la debida precaución y rapidez, terminarán en la presa de Jigüey con las primeras lluvias.
En Bonao, comunitarios denunciaron extracción ilegal de granceras y destrucción de la ribera del río Yuna y el Ministerio respondió con una “extracción autorizada” descomunal de los sedimentos del lecho del mismo río.
En Aguas Calientes, en San José de las Matas, los comunitarios batallan contra una obra del mismísimo Ayuntamiento, un balneario sin consultar a la población. Hace poco un experto forestal denunció la sustitución de bosques naturales por plantaciones de aguacates alrededor del embalse de Valdesia.
¿Para qué gastar dinero en grandes presas si no se van a proteger los bosques en torno al embalse ni se van a proteger los bosques ribereños a lo largo del curso de los ríos, provocando la sedimentación rápida de los embalses y acortando drásticamente su vida útil?
¿Para qué vender el turismo de playa si no se protegen los manglares y los arrecifes?
La única respuesta posible es que al gobierno no le interesa el Medioambiente ni los recursos naturales.
Solo le importan sus negocios. Y más lamentable aún es que al parecer es a todos los niveles, debido al desmantelamiento del sistema de vigilancia del Sistema Nacional de Áreas Protegidas cuando se instaló el Cambio cancelando todos los encargados provinciales y administradores. Solo algunos casos de alcaldes y síndicos responsables que denuncian la negligente complicidad del Ministerio de Medioambiente.
Además de un gobierno indolente y negociante de nuestro Patrimonio Natural, es uno que está de espaldas a la ciencia porque así cree que puede tapar el sol con un dedo.
Ángela Guerrero
Bióloga. Botánica. UASD.
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