El tres de julio pasado, mi Quiero Que Sepas fue sobre Pedernales, a raíz del anuncio de las obras de su malecón.
Los ambientalistas pedíamos el estudio de impacto ambiental requerido por la Ley de Medioambiente, pero siete meses después, nos salen con el Máster Plan de desarrollo.
En las redes han apodado Dubái a la provincia de Pedernales, pero creo más pertinente la comparación con Cancún, México.
Ésta era una isla desierta antes del 1969, cuando el Estado mexicano decidió desarrollarla como polo turístico. Tiene una extensión de playas de casi dos mil kilómetros (2,000 km), mientras que República Dominicana en total sólo tiene 1,576 km de costas. La costa sur, solo 576 km. Así que Cabo Rojo viene siendo un punto en la costa de Cancún. A pesar de ser un desarrollo planificado desde cero, por sus consecuencias, este megapolo turístico ha sido evaluado como no sostenible.
Pedernales es la provincia con mayor biodiversidad gracias a la Reserva de la Biosfera Enriquillo en los parques nacionales Sierra de Bahoruco y Jaragua.
Cancún es una larga banda arenosa detrás de una barrera de coral, nunca comparable a la gran biodiversidad de nuestra reserva.
Aunque se vea muy bonito en los planes, aún las autoridades no presentan los estudios de impacto. Por tanto, no podemos evaluar el desastre que pueda ocasionar a nuestras áreas protegidas el anunciado proyecto. Áreas protegidas por ley, todavía. Aunque sea solo en papeles.