La erupción del volcán Cumbre Vieja ha ido aumentando y disminuyendo desde que comenzó el 19 de septiembre. Desde entonces, ha destruido unas 3 mil estructuras y ha obligado a miles de personas a abandonar sus hogares.
La erupción del volcán Cumbre Vieja se convirtió este domingo, tras 85 días en actividad, en la más larga que vive la isla española de La Palma desde el siglo XVI que hay registros. Así, se volvió también una de las más duraderas de las registradas en España, aunque muy lejos aún del Timanfaya, en Lanzarote, que en el siglo XVIII estuvo activo durante seis años.
El tremor, que indica el movimiento de fluidos y la emisión de dióxido de azufre, continúa, aunque se mantiene en niveles bajos.
Poder observar los agujeros que ha dejado la lava del volcán es una muestra de que el volcán está más estable. Además, se ha reducido la sismicidad.
El Instituto Geográfico Nacional ha registrado 9 movimientos sísmicos en las primeras horas de este domingo que no han sido sentidos por la población. El temblor de mayor magnitud ha sido de 3’2. Según datos del satélite Copernicus, Cumbre Vieja ha destruido total o parcialmente más de 3000 construcciones.
Un equipo del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán) y de la Guardia Civil ha tenido que abandonar la zona de la erupción de La Palma donde tomaba datos del volcán al dispararse las alarmas de su sistema de detección de gases que indicaban una situación potencialmente letal.
En un vídeo grabado por la Guardia Civil y difundido este domingo por el Gobierno canario, se observa a dos científicos de Involcán y a un agente tomando datos de la erupción en un punto situado dentro de la zona de exclusión, protegidos por máscaras antigás.
Sobre el suelo, cubierto de ceniza, se observan los cadáveres de varios animales de pequeño tamaño, entre ellos un ave rapaz.
En ese momento, se dispara la alarma del sistema de detección de gases que lleva en la mano el guardia civil, que avisa a todos que están en una zona con emanaciones potencialmente letales.
En ese momento, las cuatro personas que forman el equipo (los dos científicos, el agente con el detector y un compañero que graba la escena) abandonan la zona.
El dióxido de azufre emitido por el volcán de La Palma cruza el Atlántico y llega a América
El dióxido de azufre liberado por el volcán de La Palma, en España, desde su entrada en erupción el pasado 19 de septiembre, ha llegado hasta Puerto Rico.
La llegada del gas ha sido mediante una nube de polvo del desierto del Sáhara que cruzó el Atlántico, lo que ha provocado un descenso en la calidad del aire de la isla caribeña.
La misión Copernicus Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha detectado dióxido de azufre (SO2) sobre Puerto Rico y el Caribe. La presencia de la nube de gas se confirmó el pasado sábado a las 20 horas UTC y se espera que permanezca sobre la isla hasta el próximo martes, por lo que a partir del miércoles se espera una mejoría de las condiciones ambientales.
De acuerdo a los reportes, la nube ha ido avanzando y el domingo por la noche llegó a República Dominicana.
Asimismo, el Servicio Nacional de Meteorología (SNM) en San Juan también ha observado presencia de SO2 junto con el polvo del Sáhara, que predomina, sobre la isla caribeña.
Las autoridades recomiendan el uso de mascarilla porque el dióxido de azufre puede causar irritación en ojos y piel, así como provocar problemas respiratorios. El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) aconseja que las personas mayores, los niños y quienes padezcan afecciones respiratorias reduzcan las actividades físicas intensas al aire libre.
La calidad del aire en la isla se encuentra actualmente en un nivel «insaluble», de acuerdo con el Índice de Calidad de Aire (ICA) del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).