El pasado viernes, alrededor de las 4:00 de la tarde, una cría de manatí fue vista por comunitarios de la Ciénaga de Barahona muy cerca a la playa del pueblo, entre el oleaje moderado. En medio de la confusión, decidieron tomar al animal, asumiendo que se encontraba herido y desorientado.
Testimonios recogidos en el lugar por Diario Libre destacan que los comunitarios desconocen el comportamiento natural de esta especie, a pesar de que estos animales frecuentan la zona. Dos de los que participaron en la intervención aseguraron que vieron a la madre muy cerca, emitiendo una especie de “gritos”, mientras varias personas sujetaban al animal a menos de un metro de profundidad, en la orilla de la playa pública, cercano a la desembocadura de un río.
En su intención de proteger a la cría, procedieron a dar aviso a las autoridades locales y el primero en atender el llamado fue el personal de la dirección provincial de Medio Ambiente, que, al evaluar la situación, dieron aviso al viceministerio de Costeros y Marinos, que a su vez dio instrucciones al personal del Acuario Nacional para desplazarse al lugar y evaluar la situación.
Mientras tanto, decenas de curiosos acudieron a la playa para observar a la pequeña hembra de pocas semanas de nacida y cerca de 130 centímetros de largo, para tomarse fotografías con ella. “La gente se la comía a besos y abrazos», comentó uno de los jóvenes que encontró al animal y que no quiso dar su nombre. Con la supervisión de la dirección provincial de Medio Ambiente, colocaron a la cría en una pequeña piscina inflable para esperar por la ayuda.
La noticia corrió como pólvora por las redes sociales, donde se podía observar un animal en aparente buena condición, pero había versiones contradictorias sobre su integridad física.
Diario Libre conversó esa noche con José Ramón Reyes, viceministro de Costeros y Marinos, quien esperaba que personal del Acuario Nacional llegara al lugar y evaluara la situación. Estos llegaron avanzada la noche, decidieron tomar a la cría y trasladarla inmediatamente por tierra a Santo Domingo para ser evaluada, a pesar de que comunitarios informaban la presencia de la madre cerca de la playa, según testigos en el lugar.
El biólogo James Powel, director ejecutivo de Clearwater Marine Aquarium de EE.UU. y quien durante más de 40 años ha trabajado para conservar los manatíes y otras especies en peligro de extinción en todo el mundo, explicó a Diario Libre que, en estos casos, ante la presencia de una cría de menos de 145 cm de largo y solitaria, con buen estado de salud, se debe monitorear el área cuidadosamente durante 24 horas en espera del retorno de la madre. «Solamente se debe intervenir de manera inmediata, si el animal presenta heridas abiertas, objetos extraños en su cuerpo, como redes, anzuelos, hilos de nylon, etc. o cuando muestre dificultad para sumergirse o moverse y cuando la frecuencia respiratoria sea excesiva», concluyó.
El personal del Acuario Nacional llegó a Santo Domingo cerca de las 3:00 de la mañana, para sorpresa del Ministerio de Medio Ambiente, y se procedió a evaluar las condiciones del animal, donde se pudo comprobar que estaba en buenas condiciones de salud en general, aunque con un cuadro leve de deshidratación.
Temprano por la mañana, Rita Sellares y Rachel Plekaniec, al enterarse que la cría se encontraba en Santo Domingo, decidieron salir de Bayahíbe a buscar a la madre. Ambas trabajan en FUNDEMAR y son quienes laboran con los tres manatíes liberados recientemente en la zona por el Ministerio de Medio Ambiente. “Cuando vi las imágenes de la cría tan sana y fuerte sabía que la madre estaba cerca, el corazón me lo decía. Por eso en la mañana del sábado quisimos ir a confirmar con Rachel”, explicó Sellares.
En su camino a Santo Domingo, Rita llamó a quien escribe estas líneas, para solicitar apoyo con el rastreo de la madre utilizando drones. Desde 2017 he trabajado monitoreando manatíes en diferentes partes de la isla con el apoyo del biólogo marino Omar Shamir Reynoso, de la Autoridad Nacional de Asuntos Marítimos. Inmediatamente me comuniqué con el viceministro José Ramön Reyes para conocer sobre el estado de la cría y me confirmó que está en buenas condiciones. Nos pusimos de acuerdo sobre el procedimiento: Yo saldría inmediatamente hacia Barahona a buscar a la madre, mientras Rita y Rachel buscarían a Omar Shamir en Santo Domingo. El tiempo era crucial para encontrar a la madre y, de encontrarla, se dispondría de un helicóptero para trasladar rápidamente a la cría.
Salí a Barahona cerca de las 10:30 de la mañana. En el camino me contactaron el director provincial de Medio Ambiente en Barahona, David López, y el inspector de la Ciénaga, Yoldani Guevara, con quienes coordinamos la logística de búsqueda. Solo podía pensar en la angustia de la madre manatí buscando a su cría, sabía que podía encontrarla si seguía en la zona.
A las 2:00 en punto de la tarde me estacionaba frente a la playa de la Ciénaga, para proceder inmediatamente a elevar el primero de los drones. Comunitarios que participaron en la intervención de la cría me informaban que habían visto a la presunta madre desde temprano en la mañana merodeando la zona.
Las madres lactantes de manatí suelen dejar, por momentos, a sus crías para ir a alimentarse y luego, sino la encuentra, ambas utilizan vocalizaciones para encontrarse. La madre puede durar muchas horas buscando a su cría antes de darla por perdida.
Con indicaciones de los comunitarios, elevé el drone para iniciar la búsqueda en el último punto donde fue vista. A los 3 minutos del primer vuelo y sobre los 120 metros de altura, pude ver la característica forma del cuerpo del manatí en las olas, al extremo izquierdo de la playa de la Ciénaga. Había visto esa peculiar forma decenas de veces en Samaná y Bayahìbe.
Descendí lentamente para no espantarla y poder tomar fotos y video, tratando de ubicar manchas o cicatrices que sirvieran para foto identificarla y saber que siempre estaría viendo al mismo animal. Pude diferenciar a esta por una característica mancha grande y oscura en su cola, con lo que podría saber si, en diferentes vuelos, estaba viendo al mismo animal o no.
Luego del encuentro procedía a llamar a Rita de Fundemar, informando que había encontrado un animal cerca a la playa y sospechaba que era la madre. Luego de 20 minutos de espera, realice el segundo vuelo y pude encontrar al animal en el mismo lugar apenas inmóvil, algo me decía que era la madre y procedimos a informar al Ministerio de Medio Ambiente.
A las 4:00 de la tarde, por orden del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, y el viceministro de Costeros y Marinos, José Ramón Reyes, la pequeña manatí emprendía un largo viaje por tierra al lugar de donde nunca debió haber salido, ya que no fue posible localizar un helicóptero disponible,
Francisco de la Rosa es veterinario y profesor universitario, durante años trabajó en el Acuario Nacional, especialmente con manatíes como Tamaury, Juana, Pepe y Lupita. Participó en la liberación de los últimos tres en Bayahíbe.
Para el especialista, un manatí huérfano debe tener el reencuentro con la madre como objetivo principal. “Las madres están cerca y no se alejan del lugar donde se varó la cría y se debe establecer un campamento hasta que la madre sea localizada. Si el cachorro es alimentado por humanos, es de vital importancia estimar adecuadamente la edad, ya que un error puede establecer estrategias equivocadas y se debe recurrir a los antecedentes y las experiencias que se tenga, ya que informaciones fragmentadas pueden inducir a un error fatal”, explicó a Diario Libre.
En 2019, el Acuario Nacional manejó un caso similar, cuando una pequeña manatí de pocas semanas se varó en Samaná y que fue trasladada a Santo Domingo. Pocos días después se informaba la muerte de la cría que había llegado en aparente buen estado de salud. El mismo acuario reportaba tras la muerte: “Todo indica que, para un manatí de menos de una semana de nacido, la ausencia de la madre pudo jugar un papel determinante en su deceso”. En esa ocasión se intentó localizar a la madre con un drone sin éxito.
A eso de las 5:00 de la tarde, el personal de FUNDEMAR llegó a la zona. En los dos últimos vuelos no había visto a la madre. Los comunitarios informaban que días antes habían visto a la madre y la cría en una laguna artificial frente al complejo turístico Perla del Sur, a pocos metros de la playa del pueblo.
Mientras la cría era trasladada era importante ubicar a la posible madre en la zona. Luego de obtener autorización de Perla del Sur, para entrar a la zona de unas lagunas artificiales con salida al mar, se pudo observar actividad en la más grande de ellas. Había por lo menos un animal. Al levantar el drone se pudo verificar que era el mismo animal visto horas antes frente a la playa, su característica cola manchada la delataba.. Era importante no perderla de vista hasta que llegara la cría.
La llegada de la cría
Frente a la laguna esperaban las autoridades provinciales, personal del complejo turístico y comunitarios. Cerca de las 8 de la noche llegaba la camioneta blanca con personal del Acuario y la pequeña cría, esperábamos que la madre siguiera en el lugar, la oscuridad ya no nos permitía rastrearla.
Rápidamente se procedió a llevar al animal al agua, mientras se preparaba una piscina inflable y biberones con fórmula y suero de ser necesarios.
La pequeña giraba activamente alrededor de Rita y Rachel, quienes monitoreaban sus movimientos, respiraciones y vocalizaciones. Los agudos chirridos significaban que estaba llamando a su madre. Rita recordaba a la pequeña Juana, la manatí de Bayahibe, que hace 9 años pasaba por una situación similar y pudo reencontrarse con su madre, pero días después fue apuñalada y rescatada casi muerta, para ser criada y durante largos ocho años en el Acuario Nacional, junto a Pepe y Lupita.
Por cerca de media una hora la pequeña cría siguió con movimientos en círculos, llamando a su madre hasta que de pronto desapareció en la oscuridad en dirección recta hacia la salida de la laguna. Rita sospechaba que había logrado comunicarse con su madre.
Cerca de las 10:30 de la noche, personal del Acuario Nacional dejaba el lugar para regresar a Santo Domingo, mientras nosotros esperaríamos el amanecer para buscar a ambos animales. A su vez, el viceministro de Costeros y Marinos, José Ramón Reyes, salía de Santo Domingo para dar seguimiento al caso en compañía de técnicos del Ministerio.
Las horas siguientes eran tensas, decenas de personas nos bombardeaban con mensajes por las redes sociales para saber si los animales se habían reencontrado, pero no teníamos la respuesta.
Con los primeros rayos de sol, levantamos el dron sobre la laguna de unos 150 metros de largo, pero no las pudimos ver. La tensión aumentaba en silencio. Rita y Rachel caminaban por la orilla tratando de ver desde tierra cualquier movimiento, mientras Omar Shamir volaba otro drone en la playa del pueblo, sin éxito.
Cercano a las 7:00 de la mañana, en presencia del viceministro José Ramón Reyes y las autoridades locales de Medio Ambiente, se realizó el segundo vuelo, donde pude ver desde la altura, a unos 50 metros de la pared exterior de la laguna artificial, a la manatí que habíamos visto el día anterior. Mi corazón se paralizó mientras bajaba rápidamente para acercarme y tratar de localizar a la cría que no se percibía desde la distancia. De pronto, pude ver por la pantalla en mis manos, cómo la cría salía por debajo de la madre para tomar aire y la angustia se transformó en euforia y llantos, confirmamos que efectivamente era la madre y que la cría, seguramente por la noche, se había encontrado con ella.
James Powel escribía desde Florida, felicitando al equipo por el logro, mientras José Ramón Reyes confirmaba al ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, que la cría estaba bien y con su madre de nuevo.
Hicimos varios vuelos de seguimiento en conjunto con el técnico Gerald Segura y regresamos a Santo Domingo.
Este evento como caso de éxito
Eric Ramos, es científico y biólogo marino de la Fundación Internacional para la Naturaleza y la Sustentabilidad (FINS) de Estados Unidos, quien trabaja con mamíferos marinos, en especial con manatíes y se ha destacado por el uso de drones en sus investigaciones en varios países.
Ramos explicó a Diario Libre, luego de dar seguimiento en tiempo real a la operación: “El trabajo de República Dominicana fue impresionante por varias razones. En muchos lugares, por alguna razón que no sabemos, las madres manatíes pierden sus crías cuando se separan. En Belice estas crías llegan a estar en catuverio y tienen que vivir ahí por unos años, antes que regresen como un adulto a su hábitat. Usando drones y trabajando duro, ustedes hicieron algo que no se ha realizado en los Estados Unidos u otros países donde trabajamos en rescate de manatíes. Encontrar a la madre y reunirla con su cría usando la tecnología es un trabajo increíble. Para nosotros que volamos drones en los estudios científicos de mamíferos marinos, lo que hicieron es evidencia que esto es una manera de salvar a nuestras especies en peligro de extinción”, explicó el científico.
“Creo que esta experiencia, al igual que la de Pepe, Juanita y Lupita nos enseña de nuevo que cuando se quiere se puede. Por otro lado, es importante que se cree una unidad de rescate equipada y lista para actuar de forma inmediata. Esta unidad, debe contar con protocolos definidos, liderazgo claro y personal 24h, de manera que pueda dar respuesta inmediata a estas situaciones”, concluyó Rita Sellares.
El viceministro de Costeros y Marino, José Ramón Reyes, informó a Diario Libre que se prepara para crear uno o varios centros de rescate de animales marinos en el país, con equipos y personal calificado, que puedan actuar rápida y efectivamente en el caso de manatíes o cualquier otra especie marina que lo necesite.
Eric Ramos trabajará en un artículo científico sobre este caso de éxito realizado en República Dominicana.
Marvin Del Cid
Diario Libre