Científicos han extraído ADN de productos fabricados con el caparazón de tortugas de carey con el objetivo de luchar contra la caza furtiva de esta especie en peligro crítico de extinción.
Así lo indicó este domingo en un comunicado el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, sigla en inglés) en Australia, que participa en este proyecto junto con un laboratorio del Servicio Nacional Oceánico y Atmosférico (NOAA, en inglés) de Estados Unidos en California.
ADN
Con la información genética, las autoridades podrán saber con precisión la procedencia de las tortugas cazadas furtivamente para fabricar productos ilegales de carey, al tiempo que se podrán mejorar los mapas de los hábitats y migraciones de la especie.
Se estima que en los océanos Índico y Pacífico hay menos de 7.000 hembras de la tortuga “Eretmochelys imbricata”, cuyos caparazones son usados para crear monturas de gafas, anillos o pulseras de carey.
El ADN de las tortugas suele estar bastante deteriorado en los productos de carey, pero los científicos del laboratorio del NOAA en La Jolla (California) adaptaron con éxito un aparato comercial de análisis genético para obtener la información.
“Fue un alivio confirmar que pudimos obtener secuencias de alta calidad de los productos de caparazón”, indicó Michael Jensen, un consultor experto de WWF.
Los científicos del NOAA analizaron 13 productos obtenidos de mercados de Papúa Nueva Guinea y las Islas Salomón, de las que ocho fueron identificadas como locales y otras cuatro aún no.
Evitar la caza furtiva de tortugas
Para identificar los orígenes de todos es necesario mejorar la base de datos genéticos de los carey.
El jefe del programa genético de tortugas del NOAA, Peter Dutton, afirmó que la creación de un mapa genético es solo posible con la colaboración de científicos, gobiernos, ONG y comunidades locales.
“Teniendo herramientas para el análisis estándar y con referencias del ADN nos permitirá crear bases de datos que nos sirvan para medir los impactos de amenazas adicionales como la pesca”, precisó Dutton.
WWF también instó a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) que no espere a su próxima cumbre internacional en 2022 para tomar medidas más drásticas contra la caza furtiva de las tortugas de carey.
“Los careys están desapareciendo. Insto a los países de la CITES a actuar aquí y ahora mismo antes de que sea demasiado tarde”, señalo Christine Madden Hof, responsable del proyecto de Especies Marinas de WWF-Australia.