NACIONES UNIDAS. Las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU se mostraron hoy divididas sobre la necesidad de ocuparse directamente del efecto que el cambio climático tiene en la proliferación de conflictos armados y en la seguridad internacional.
Lo hicieron a pesar de las advertencias de la propia organización, que considera que el calentamiento global está ligado “indisolublemente a algunos de los problemas de seguridad más acuciantes” de la actualidad.
“Debemos entender el cambio climático como un asunto en una red de factores que pueden llevar a conflictos”, dijo al Consejo de Seguridad la vicesecretaria general de Naciones Unidas, Amina Mohammed, en la primera reunión sobre este tema en siete años.
Países como Francia y el Reino Unido subrayaron la necesidad de que el Consejo tenga en cuenta el cambio climático en su agenda, dado su claro efecto en el ámbito de seguridad.
Esa postura fue respaldada con mayor o menor entusiasmo por una mayoría de los quince Estados miembros.
Estados Unidos, que bajo la Administración de Donald Trump ha decidido abandonar el Acuerdo de París sobre el clima, mantuvo una postura ambigua, pero se mostró a favor de discutir la cuestión en el Consejo de Seguridad.
Mientras, otros países como Rusia, China y Bolivia defendieron que este no es el lugar apropiado y que el cambio climático debe dejarse en manos de otros foros.
El Consejo de Seguridad, que es el máximo órgano de decisión de la ONU, tiene como función central el mantenimiento de la paz y la seguridad en el mundo.
Rusia y China, dos de los miembros permanentes, han rechazado generalmente una interpretación más amplia de las funciones del Consejo favorecida por Occidente.
El embajador adjunto de Rusia, Dmitri Polyanskiy, acusó hoy a otros países de tratar de “explotar el asunto del cambio climático” con fines políticos y dijo que no se debe “crear la ilusión” de que el Consejo va a ocuparse de esa cuestión cuando no es su cometido.
Polyanskiy, de hecho, criticó la convocatoria del propio debate, impulsado por Suecia, que este mes ocupa la Presidencia rotatoria.
La ministra sueca de Exteriores, Margot Wallström, dijo que los vínculos entre el cambio climático y los conflictos van a seguir siendo una prioridad para su país en la ONU e insistió en que el Consejo de Seguridad debe responder a las situaciones que ya se están viendo en regiones como el Sahel.
Según Naciones Unidas, el cambio climático está disparando la inseguridad en esa zona, especialmente en el área del lago Chad, que ha perdido gran parte de su tamaño y aumentado la competencia por recursos y la pobreza, favoreciendo al mismo tiempo el reclutamiento de personas por parte de grupos terroristas como Boko Haram.
EFE / Diario Libre