El comercio de especies mueve entre 8.000 y 20.000 millones de euros al año y es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad en el mundo, y España juega un papel «clave» en ese tráfico ilegal, no sólo por ser puerta de entrada para muchas mafias, también como relevante importador de animales.
Destrucción de la biodiversidad
Entre los años 2006 y 2016 se importaron en España unos 4,5 millones de especímenes amparados por el Convenio internacional CITES contra el tráfico de especies protegidas, y es además el principal país de destino de pieles de reptil del mundo o uno de los principales canales de distribución de ejemplares vivos de reptiles y de aves, como rapaces y loros.
Los datos se ponen de relieve en el informe “El negocio de la extinción en España”, realizado por la organización WWF dentro de la campaña “Stop tráfico de especies“, que cuenta ya con casi 60.000 apoyos para pedir que el Gobierno que dé la máxima prioridad a un problema que por volumen de negocio compara con el tráfico de drogas o el de armas.
En el tráfico de especies que pasan por España destacan los reptiles, con 2,5 millones de unidades entre 2006 y 2015, seguido de plantas, con 1,7 millones, y de mamíferos, con cerca de 92.000 ejemplares, según los datos facilitados hoy por WWF, que ha observado que 2,3 millones de esos ejemplares eran vivos.
Destaca además el informe que de los casi 9.000 objetos pertenecientes a “trofeos” de caza se requisaron 1.095 correspondientes a elefantes africanos.
Tráfico ilegal
El secretario general de WWF España, Juan Carlos del Olmo, ha subrayado que el ritmo de destrucción de la biodiversidad mundial es entre cien y mil veces superior al que sería natural, y ha advertido de que el planeta se enfrenta a una “sexta extinción”, en la que “el meteorito somos nosotros mismos”.
Durante la presentación del informe a la prensa, Del Olmo ha señalado que “el tráfico ilegal de especies es un problema de seguridad mundial, debido a la conexión que existe entre las redes mafiosas que trafican con animales y las redes criminales de muchos países”.
El estudio de la organización conservacionista revela también que España es un “importante productor” y exportador de aves rapaces, sobre todo diurnas, con destino a países de Oriente Medio para su uso en artes como la cetrería, y un importante “re-exportador” de pieles de reptiles, que son curtidas y acabadas en el país.
Casi un tercio de las pieles con las que se trafica en todo el mundo acaba en España, según los datos de WWF, que ha subrayado que el resto de incautaciones corresponden a animales vivos como mascotas, y destaca en este sentido la tortuga mora que se importa desde el norte de África.
Entre las plantas destaca el alto número de cactus que llegan a España para su posterior exportación, y por España se canaliza además la venta ilegal de varios grupos de aves como loros y es también puerta de entrada de miles de huevos y de ejemplares vivos.
WWF ha denunciado que, pese al importante tráfico de especies registrado en España, el país carece de un centro de rescate de referencia para los animales incautados, y ha planteado doce peticiones para ayudar a hacer frente a este negocio en España.
Entre sus propuestas destaca una mayor dotación de recursos humanos y presupuestarios para el Plan de Acción Español Contra el Tráfico Ilegal y el Furtivismo Internacional de Especies Silvestres, un incremento de los trabajos de investigación sobre redes criminales y la mejora de los centros de rescate.
EFEverde