SANTO DOMINGO. Con la llegada al territorio nacional del polvo de Sahara se pueden agravar enfermedades existentes, como respiratorias y de la piel. Esta situación se repite cada año, principalmente durante la época más cálida.
Según el predictor de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), Jesús Beltré, actualmente el territorio nacional se encuentra bajo la incidencia de este polvo. Aclaró que por el momento ha disminuido con relación a días anteriores, y se espera que para este domingo los efectos sean aún menor.
Según estudios realizados, unas 182 millones de toneladas de polvo viajan cada año desde el desierto del Sahara, y 27 toneladas se depositan en la Amazonía. El “tránsito” se inicia a finales de la primavera, durante el verano y a principios del otoño.
Durante esta época aumentan los casos de asma bronquial, alergias, afecciones de la piel, dolencias cardiovasculares y conjuntivitis, y por tanto, se torna en una preocupación ambiental más.
Para el doctor José Miguel Stefan, neumólogo intensivista del Centro de Diagnóstico de Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), las consecuencias que podría ocasionar la presencia en el país del polvo del Sahara dependerá de la cantidad de particular por millón que haya en el aire. Dijo que en esta parte del océano Atlántico son muy pocas las partículas que llegan.
Indicó que “en ocasiones la incidencia de partículas de polvo del Sahara vienen más concentradas y podrían producir cierto grado de exacerbación de enfermedades respiratorias”.
Dijo que es deber de la Onamet alertar a la población cuando los niveles de partículas de este polvo sobrepasen el límite, ya que ellos cuentan con las herramientas necesarias para llevar estas mediciones. Recomendó a la población a no alarmarse.
El origen del polvo del Sahara
La arena del Sahara se levanta cuando el aire cálido del desierto choca con el aire fresco de la región de Sahel, al sur del Sahara. Mientras que las partículas ascendentes se remolinan, los vientos alisios intensos comienzan a soplar hacia el oeste en el Atlántico norte.
Las tormentas de polvo se forman, sobre todo, durante los meses del verano y del invierno, pero en algunos años, en cualquier mes.
Diario Libre