Un trabajo, realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y del Centro de Investigación de la Sierra de Guadarrama (Madrid), desvela los desiguales efectos del cambio climático en los anfibios, a los que beneficia o perjudica según la especie.
El trabajo, publicado hoy en la revista Global Change Biology, ha consistido en la monitorización a lo largo de casi 20 años de las puestas y larvas de nueve especies de anfibios en 242 charcas del entorno de Peñalara (Madrid).
Poblaciones de anfibios
Los investigadores han podido comprobar cómo afectan a cada especie los cambios de temperatura que se han producido en este área subalpina del Sistema Central y han estudiado los efectos a largo plazo de la quitridiomicosis, una enfermedad provocada por un hongo letal que afecta a las poblaciones de anfibios de todo el mundo.
El estudio se ha centrado en ejemplares de sapo partero (Alytes obstetricans), rana ibérica, salamandra, ranita de San Antón (Hyla molleri), sapo corredor (Epidelea calamita), rana común (Pelophylax perezi), sapo espinoso común (Bufo spinous), tritón jaspeado (Triturus marmoratus) y tritón alpino (Ichthyosarura alpestris).
Para el investigador del MNCN Luis María Carrascal, “este estudio tan prolongado en el tiempo permite comprobar las fuertes oscilaciones que se dan de año a año en el número de larvas y puestas”.
La tendencia global de las especies en el periodo estudiado ha sido clara en seis casos, indica el MNCN en un comunicado, con descensos del 13 % anual en el sapo partero, del 11 % en la rana ibérica o un 4 % en la salamandra común.
Sin embargo, se han detectado incrementos en especies propias de altitudes menos elevadas que se han desplazado a zonas más altas a causa del calentamiento global, como la ranita de San Antón meridional, con un 8 % de crecimiento, el tritón jaspeado, 9 %, y el tritón alpino, con un 5 %.
Entre 1975 y 2016, la temperatura media anual del aire aumentó de 6 a 7,5 grados centígrados en la zona de estudio, a razón de 0,3-0,4 grados por año.
El investigador del MNCN Jaime Bosch ha señalado que el trabajo documenta además por primera vez para un período tan largo de tiempo los efectos de la quitridiomicosis y su relación con el cambio climático.
Según el estudio, el aumento de temperatura en la zona de montaña puede mitigar el crecimiento del hongo responsable de la enfermedad en las especies que se desarrollan en cuerpos de agua temporales y no así en las que necesitan masas de agua permanentes”.
EFEverde