Consulta
Profesor, ¿las áreas protegidas son una opción real para el turismo alternativo?
Respuesta
No solo son una opción real, sino que a la altura de los tiempos que vivimos, el trecho existencial recorrido por la humanidad y la necesidad sentida del ser humano de reencontrarse con su Madre Natura, las hacen indispensable para el desarrollo del turismo a nivel mundial.
Pero para comprender esta realidad no tenemos que irnos tan lejos, basta con analizar lo que ha pasado en el 2017 con el fenómeno del crucerismo y las preferencias recreativas que traen los visitantes. Es el propio Ministerio de Turismo quien afirma que la República Dominicana estableció récord nuevamente en la llegada de cruceristas, al superar el millón y medio de visitantes por los principales puertos turísticos del país.
Puerto Plata, Punta Cana, La Romana, Samaná y Santo Domingo tienen demandas de cruceros de manera casi permanente, con seres humanos que vienen de todos los destinos del planeta; pero lo que más llama la atención, es que los vuelos chárter que vienen cargados de turistas, ya están superando los vuelos comerciales. El año pasado el Aeropuerto de Punta Cana superó en número de vuelos al Aeropuerto Internacional de las Américas.
Cuentan los tours operadores de Puerto Plata que ya no saben cómo atender tanta demanda, que ya no cabe un crucerista más en Sosúa, ni en Cabarete, Playa Dorada o Mara Picá. Que están buscando con asiduo interés, desarrollar nuevas opciones u oportunidades ecoturísticas, pero sin perder la cordura, pues cuando intentaron aumentar el costo del teleférico de Puerto Plata, advirtieron que ni el abuso ni el oportunismo son elegantes y los responsables tuvieron que dar reversa.
El turismo es una actividad económica altamente rentable, capaz de generar grandes riquezas y mucho bienestar a corto y mediano plazo. Su virtud reside en que, lo que se vende y lo que se compra, son bienes intangibles: Una playa de arenas doradas, un manglar, el recodo de un caletón o un acantilado… una orquídea, un playerito, un amanecer; es decir, es una actividad de compra y venta de bellezas naturales.
La República Dominicana tiene 125 áreas protegidas, la mayoría con potencialidades insospechadas para brindar servicios ecoturísticos directamente y el soporte esencial que requiere el desarrollo de este sector de la economía dominicana, pero todavía no hacemos conciencia de ello y por lo tanto, no nos hemos preparado para lo que viene.
Eleuterio Martínez
HOY