Marcha bajo el lema ‘Protege el clima’ dos días antes del inicio de la COP23 en Bonn, conferencia de la ONU sobre cambio climático organizada por Fiyi.
MADRID.-Cada segundo, una persona abandona su hogar por causas relacionadas con el cambio climático. Lo dice el informe Frontiers 2017 de la ONU en el que se analizan los problemas ambientales que afectan al planeta. Uno de ellos, son las migraciones. Pero, alguien que deja su país por las continuadas sequías e inundaciones que matan los cultivos, por los huracanes y tifones, por la subida del nivel del mar… ¿son refugiados? Según la ley internacional, no. Sin embargo, cada vez son más los expertos y afectados que reclaman protección, independientemente de la combinación de nombre y apellidos (refugiados climáticos, desplazados inducidos por el clima o migrantes ambientales son algunas de las terminologías usadas) que se les ponga a los 26,4 millones de seres humanos que cada año dejan su casa por estos motivos.
En Fiyi, en el marco de la Semana Internacional de la Sociedad Civil 2017 (ICSW, por sus siglas en inglés), más de 700 representantes de organizaciones de 109 países firmaron un llamamiento conjunto en el que solicitaban que se reconozca esa protección en el futuro Pacto Mundial de las Migraciones Seguras y Ordenadas que la ONU planea adoptar en 2018 y que ya está en proceso de consultas para su elaboración.
26,4 millones de personas migran cada año debido a problemas relacionados con el clima
En la práctica, se pide que se «incluya el cambio climático como motor de desplazamientos dentro y fuera de los países». Es el primer paso para conseguir todo lo demás. Ya distintas agencias de la ONU reconocen en sus documentos de trabajo, como el citado Frontiers 2017, que los desastres naturales son una de las causas por las que las personas se ven forzadas a cambiar su residencia. Y lo serán aún más en el futuro. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que en 2050, en un mundo de 9.000 millones de personas, habrá 200 millones desplazadas por motivos ambientales. «Una de cada 45 podría verse obligada a dejar su hogar; y es posible que algunos territorios insulares de baja altitud deban abandonarse en su totalidad», subrayan los autores.
No exageran. En Fiyi, donde la alianza de organizaciones de la sociedad civil Civicus celebra por primera vez su ICSW, una aldea entera consiguió en 2012 ser trasladada a tierras altas debido a la subida del nivel del mar. Vunidogoloa ya no está donde solía, junto a la playa en la isla de Vanua Levu. En este caso, la recolocación fue solicitada por los afectados y pactada con las autoridades, pero este tipo de reubicaciones no siempre se producen de manera pacífica y consensuada. Por eso, la declaración ratificada por las entidades reunidas pide que el Pacto Mundial sobre Migraciones incluya «el compromiso de consulta a las comunidades impactadas por el clima» y se trabaje activamente para que, siempre que sea posible, puedan permanecer o volver a sus casas.
Se trata, en definitiva, de construir resiliencia. Los países y organizaciones regionales deben garantizar, en su opinión, que las personas en riesgo de sufrir eventos, tanto de generación lenta como de inicio rápido, tengan acceso a alimentos, agua, vivienda, salud y trabajo, y así reducir la probabilidad de que se den las condiciones que empujen a la migración.
En Fiyi, una aldea entera consiguió en 2012 ser trasladada a tierras altas debido a la subida del nivel del mar. Vunidogoloa ya no está donde solía
Pero, si finalmente, la migración se produce inevitablemente, los firmantes, entre los que se encuentran Asociación de ONG de las Islas del Pacífico (Piango, por sus siglas en inglés), Foro de Desarrollo de las Islas del Pacífico, Oxfam Pacific, 350.org, ACT Alliance y Civicus piden que «el Pacto Mundial para las Migraciones Seguras y Ordenadas incorpore el compromiso de que cuando las personas se vean obligadas a trasladarse como resultado de los impactos del cambio climático, se reconocerán sus derechos humanos incluidos la no devolución, la autodeterminación, la no discriminación y toda la gama de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales de los que son sujeto».
La declaración, que se promulgó días después de que Estados Unidos anunciara que se retira del Pacto Mundial, también incluye peticiones encaminadas a mitigar los eventos climáticos que fuerzan a la población a migrar. Parte de la solución es evitar el problema. «Hacemos un llamado a que se cumplan los objetivos del Acuerdo de París, como mantener el aumento de la temperatura media global muy por debajo de dos grados respecto a los niveles preindustriales y esforzarse por limitar el aumento de la temperatura a un grado y medio. Esto reducirá significativamente el número de personas que deben mudarse debido al cambio climático», recuerdan los signatarios.
Alejandra Agudo
EL PAIS