PARÍS. Francia celebra este martes una cumbre internacional con la que, justo dos años después de la adopción del acuerdo climático de París, busca incrementar los flujos de financiación hacia proyectos de desarrollo sostenible.
El encuentro reunirá en la capital francesa a más de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, a representantes del mundo financiero, del sector privado y de organizaciones no gubernamentales en un intento de acelerar la reducción de las emisiones de gases con efecto invernadero.
La isla de Seguin, en el oeste de la ciudad, es el escenario elegido para la bautizada como Cumbre Un Planeta (One Planet Summit, en inglés), que quiere poner a dialogar al mismo nivel a todas las partes implicadas.
En el acuerdo de París de 2015, el primero universal y vinculante contra el calentamiento, 195 países se comprometieron a trabajar para que la temperatura no suba más de dos grados a finales de siglo, y si es posible no más de 1,5, para limitar el impacto del cambio climático.
“Todavía estamos a tiempo”, dijo el lunes a la prensa la secretaria ejecutiva de la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático, Patricia Espinosa.
La ONU y el Banco Mundial son los dos coorganizadores de esta cita, que el presidente francés, Emmanuel Macron, lanzó durante el G20 del pasado julio para que ese pacto histórico de 2015 no perdiera su impulso tras el anuncio del mandatario estadounidense, Donald Trump, de que retira a su país del mismo.
Trump, de hecho, no ha sido invitado a la cumbre, en la que sí estarán el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el premio Nobel de la Paz Muhammad Yunus.
Balance
La cita de hoy servirá para hacer balance de estos dos últimos años y para intentar reforzar el compromiso de la comunidad internacional en contra del calentamiento, ante la constatación, según Espinosa, de que la acción unilateral de los gobiernos no es suficiente.
Los cuatro paneles que articularán la jornada en la primera mitad del día girarán en torno a la movilización de las inversiones hacia proyectos de desarrollo bajos en carbono, la adaptación al cambio climático y el refuerzo de las políticas públicas en favor de la transición ecológica.
Los jefes de Estado y de Gobierno acudirán primero al Elíseo y, tras la comida y una foto de familia, se dirigirán a la cumbre para participar en la sesión plenaria.
Francia ha planteado este encuentro como un intercambio directo, dinámico, concreto y lo más ambicioso posible para ayudar a proyectos existentes e impulsar a nivel financiero otras dinámicas innovadoras.
Sus organizadores defienden que su celebración es complementaria a la cumbre del clima (COP23) celebrada en Bonn el pasado noviembre, esencialmente técnica, aunque subrayan que se inscribe en la misma dinámica de incrementar los esfuerzos conjuntos.
Reflejo de esa movilización en torno a la de París fue el compromiso el lunes de 54 empresas internacionales, entre ellas la francesa Michelin o las españolas Acciona e Iberdrola, de poner en marcha las medidas a su alcance para luchar contra el calentamiento.
Los firmantes reclamaron además a los gobiernos del G20 (grupo de países desarrollados y emergentes) que desarrollen estrategias de largo plazo en favor de una economía baja en combustibles fósiles, que entre otros puntos deje de ofrecer subsidios a ese tipo de energía para 2025.
Su compromiso se sumó al lanzado por otro grupo de 89 empresas francesas, que representan 1,5 billones de euros de facturación y seis millones de empleados, para dedicar 320.000 millones de euros en cinco años para la transición a una sociedad con bajas emisiones en dióxido de carbono.
Diario Libre