LE BOURGET, Francia. Faltos de sueño y cada vez más tensos, negociadores climáticos y diplomáticos luchaban el jueves por reducir las diferencias sobre el borrador de 29 páginas para un acuerdo global contra el cambio climático, aunque varios países seguían enfrentados en asuntos clave, un día antes de la fecha límite marcada por los organizadores.
El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se dirigió a dos importantes países en desarrollo —Brasil e India— y esperaba reunirse con otros negociadores, en un intento del gobierno de Obama de conseguir un acuerdo que refleje sus preocupaciones sobre el calentamiento global pero no requiera aprobación del Congreso.
Las negociaciones sobre el clima continuaron hasta las 5 de la mañana del jueves (0400 GMT, 11 de la noche EST del miércoles) antes de reanudarse a media mañana, y se esperaba la publicación de un nuevo borrador en algún momento del día, indicó un diplomático francés. El diplomático habló bajo condición de anonimato al no estar autorizado a comentar detalles sobre el proceso.
El borrador del miércoles dejó varios temas importantes sin resolver, incluido el objetivo a largo plazo de cerrar un acuerdo futuro y qué países deben pagar para ayudar a los más vulnerables a lidiar con el cambio climático.
Francia quiere un acuerdo el viernes
Los anfitriones franceses de las conversaciones, que duran dos semanas, quieren tener un acuerdo final el viernes por la noche, aunque las conferencias climáticas de Naciones Unidas rara vez terminan puntuales.
Esta ocasión es distinta de otras cumbres porque los organizadores franceses presionaron a los países para que establecieran sus propios objetivos de emisiones antes de las conversaciones y Estados Unidos y China, que han chocado en el pasado por cuestiones de clima, redujeron diferencias importantes este año.
Responsabilidad para todos
Otra diferencia es la escala del acuerdo propuesto: los ministros de más de 190 países intentan elaborar el primer acuerdo que pide a todos los países que reduzcan o desaceleren sus emisiones. El anterior, el Protocolo de Kioto de 1997, sólo requería a los países ricos que lo hicieran.
“La perspectiva es positiva, pero todavía queda mucho trabajo por hacer”, dijo Elina Bardram, responsable de la delegación climática de la Unión Europea. El borrador “aún es demasiado denso”, señaló.
El negociador chino Gao Feng fue uno de los que planteó la posibilidad de que las conversaciones no terminen a tiempo. “El viernes, o quizá el sábado, creo que lo tendremos”.
Kerry celebró reuniones en Le Bourget, donde se desarrolla la cumbre, con ministros medioambientales de Brasil e India, según el Departamento de Estado de Estados Unidos. Brasil e India son dos de los principales países que piden que los estados más ricos paguen y hagan más por reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Un tema sin resolver son los objetivos a largo plazo para los combustibles fósiles —petróleo, carbón y gas— que originan la mayoría de las emisiones causadas por el ser humano y que producen la mayor parte de la energía en la actualidad. Sustituirlas por fuentes de energía renovable como el viento y el sol requiere grandes inversiones, que los países pobres dicen no poder asumir sin ayuda.
El documento no resuelve la polémica cuestión de los países en desarrollo más avanzados, como China o los países árabes ricos en petróleo, deben sumarse a los estados industrializados.