P. Profesor, la principal noticia ambiental internacional da cuenta de que se dispara la deforestación en el principal pulmón del planeta, pero creíamos que ese problema estaba resuelto porque en los reportes anteriores, Brasil había avanzando en el cuido de la Amazonia ¿cuál es la realidad?
R. Lo que ocurre es que a veces leemos los titulares pero no la noticia. Anteriormente se había dicho que Brasil había dado pasos positivos en la defensa de la Amazonia, porque había logrado reducir a la mitad la velocidad a la cual se estaban destruyendo sus masas boscosas amazónicas, pero no que se había revertido la situación.
La felicidad que experimentaban los funcionarios ambientales brasileños residía en que de 13,000 kilómetros cuadrados de bosques que se perdían anualmente en la Amazonia, entre agosto del 2011 y julio del 2012, había logrado reducir a 5,843 km2. Eso equivale a algo más que la cuenca del río Yaque del Sur, que tiene 5,425 km2 o más que la cuenca Yuna-Camú que tiene 5,600 km2, por lo que el problema no estaba resuelto, ni siquiera detenido totalmente.
Es decir, se celebraba la disminución de la magnitud del problema, no su solución. Y aunque realmente no hay nada para celebrar, es justo reconocer que la situación había mejorado, pues bajar de 13 mil a 6 mil, en cualquier lugar y desde cualquier punto de vista, es algo realmente excepcional.
Pero la propia ministra del ambiente, Izabella Texeira, reconoce que la situación de la deforestación de la Amazonia sigue siendo difícil ante los ojos del mundo. Eso quiere decir que esa menor proporción sigue siendo un escándalo internacional, por la magnitud del daño que sigue creando y las consecuencias no solo las sufre Brasil, sino todo el planeta.
Pero lo de Brasil es apenas una gota de agua en el océano comparado con lo que está pasando a nivel global. La Universidad de Maryland acaba de elaborar un mapa (tecnología satelital) que ilustra la situación de la deforestación global desde el 2000 al 2012, el cual da cuenta de que en este tiempo, “la Tierra perdió un total de masa forestal del tamaño de Mongolia, tantos árboles como para cubrir seis veces un país como Reino Unido”, y de que el progreso de Brasil en la reducción de la deforestación fue opacado por las pérdidas en Indonesia, Malasia, Paraguay, Bolivia, Zambia y Angola.
Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
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