En el año del 2005, se registró un grave caso de blanqueamiento que afectó casi al 60% de los arrecifes de coral en las Islas Vírgenes y la región sur del Caribe.
Los corales obtienen su color y nutrientes gracias a las algas zooxanthellae, que conviven con los pólipos en perfecta armonía y simbiosis. Sin embargo, cuando aumenta la temperatura del agua este balance se rompe ocasionando que las algas mueran y por lo tanto, los pólipos se quedan sin el alimento vivo suficiente para su preservación.
Para evitar que el blanqueamiento se expanda a otras regiones, es necesario que algunas tormentas tropicales mezclen las aguas cálidas de la superficie con las más profundas y frías.
En julio pasado se registró un aumento de .62 grados en la temperatura promedio de las aguas caribeñas y solamente es necesario que se eleve 1 o 2 grados para romper el equilibrio y enfermar a los corales, que son ecosistemas de gran importancia no solo para las especies que los habitan sino también para los seres humanos.
Actividades como la sobrepesca, la contaminación y el desarrollo económico en las costas eran los principales enemigos de los arrecifes y siguen siéndolo a pesar de los esfuerzos por legislar y minimizar los daños que ocasionan. Ahora, la creciente temperatura de los mares se une también a la lista de preocupaciones.
Vía: Veo Verde