El caudaloso río Camú, fuente de vida para el pueblo vegano, hoy es sólo un recuerdo. El maltrato de su cuenca alta, media y baja amenazan con hacerlo desaparecer.
El Camú empezó a menguar a casusa del saqueo de su cauce, a través del despojo indiscriminado de arena y la depredación de los bosques.
A su paso por esta ciudad, este afluente sufre las consecuencias de desechos industriales, aceite quemado, el lavado de vehículos de motor, sustancias orgánicas, basuras y aguas negras o residuales provenientes de las cloacas y sanitarios que descargan de manera directa en sus aguas.
Esta fuente acuífera, que nace en la cordillera Central y hace su recorrido por el valle del Cibao Central hasta desembocar en el río Yuna, beneficia a una población aproximada de 400 mil personas e irriga miles de tareas sembradas de arroz, plátano y otros rubros agrícolas.
Este río es hoy amenazado por la depredación del ser humano, que vierte en él aguas contaminadas y malolientes. Su caudal, antes de 5.00 metros cúbicos por segundo se redujo a 0.05 metros cúbicos por segundo, y en algunos lugares puede ser cruzado a pie.
La agonía.
Los ciudadanos más conscientes creen que aún hay tiempo para reparar los daños y coinciden en que no se debe perder más tiempo, por lo que exigen al Gobierno ir en auxilio de este afluente y enfrentar con seriedad esta situación.
En ese sentido, exigen enfrentar a aquellos verdugos que se han convertido en amos y señores de todo, amparados en las influencias políticas por ostentar el poder económico y social. Creen que ya la naturaleza les está pasando factura por haberse ensañado en su contra.
La escasez de agua que ha generado el menguante caudal del Camú tiene un impacto directo en el abastecimiento de agua potable y la actividad agrícola, por su disminución considerable. En el sector agrícola, miles de tareas de cultivos de arroz han sido afectadas.
Otro problema que incrementa la agonía del Camú es una cañada que desemboca en el río y trae consigo múltiples focos de contaminación, como las heces fecales de los habitantes del sector Villa Turey.
Las familias residentes en ese sector viven en un constante riesgo. Cuando la cañada crece, las aguas se meten a sus hogares, hasta el punto de que hace más de un año se llevó unas 16 casas, y las autoridades hicieron un levantamiento para ayudarlas, pero luego las olvidaron.
Luis Lantigua, residente en el sector, dijo que las autoridades municipales iniciaron una zanja para desviar la cañada, evitar su contaminación y proteger a quienes viven alrededor, pero los trabajos fueron abandonados. Además, se quejó de la gran cantidad de mosquitos y del mal olor, ya que todos los animales muertos son tirados allí.
“Han pasado muchos gobiernos y no han hecho nada. Nosotros creemos que este gobierno no nos va a dejar así. Sea a la corta o a la larga nos ayuda. Tenemos fe”, expresó Lantigua.
Salvar un río que agoniza frente a todos
Con el objetivo de buscarle solución al grave problema que afecta a la fuente acuífera, el Consejo de los Fondos Mineros de La Vega realizará un seminario el próximo cuatro de junio bajo el lema “Se nos muere el Camú. Qué haremos”, para exponer la situación crítica por la que atraviesa una de las principales fuentes acuíferas de la región.
Francisco Morilla Gómez, presidente de esa entidad vegana, dijo que el seminario será efectuado con la coordinación interinstitucional del Ministerio de Medio Ambiente, la Alcaldía Municipal, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, el acueducto de La Vega y las diferentes instituciones sociales de la provincia, para tratar de buscarle una solución en conjunto a la problemática.
El seminario contará con la participación de expertos nacionales y extranjeros en materia de agua y preservación de cuencas hidrográficas, de acuerdo a lo informado por Morilla Gómez. Entre los expositores estarán el ambientalista Eleuterio Martínez, Juan Saldaña, del Indrhi; Ramón Elías Castillo, Reserva Ébano Verde y César Arturo Abreu Fernández, quien se referirá al Impacto de la Presa de Guaigüí en la preservación de la Cuenca del Camú.
Vía: El Caribe
COMO VEGANO QUE SOY, ENTIENDO QUE LOS FONDOS DE LOS RECURSOS MINEROS DEBIERON HABER HECHO ALGU TIPO DE GESTION AMBIETNAL AL RESPECTO.
MIENTRAS SE HAGAN ACTIVIDADES QUE NO INCURRAN A LA FORMA OPERATIVA, SOLO SERAN PALABRAS Y NADA MAS.
EL CASO DEL CAMU, ES SERIO, Y LOS RESPONSABLES SOLO ABOGAN POR REUNIONES Y TALLERES, Y NADA MAS.
HAY QUE BUSCAR LOS FONDOS NECESARIOS, SEAN LOS IMPUESTOS O APORTES DE LA EXPLOTACION MINERA, U UN ORGANISMO INTERNACIONAL. PERO, QUE NO SIGAN MAL USANDO ESTOS FONDOS, HAY QUE PONERLE OJO A LA ADMINISTRACION DE ESTOS FONDOS.