Por: María Mejía
En los primeros cinco meses de este año la Procuraduría para la Defensa del Medio Ambiente conoció 726 casos de contaminación sónica, de los que 233 fueron sometidos a los tribunales y 493 resueltos por conciliación u otras alternativas, o en el proceso investigativo.
Según la Procuraduría y el Ministerio de Medio Ambiente, las fuentes de contaminación sónica en su mayoría son colmadones, liquor stores, «disco lights», construcciones y tránsito vehicular.
Conforme desglosa un informe estadístico suministrado a DL por la Procuraduría de Medio Ambiente sobre los casos por ruido registrados desde el primero de enero hasta el 20 de mayo, los departamentos judiciales de Santo Domingo y el Distrito Nacional, y el de San Cristóbal son los que más registraron con 270 y 238 respectivamente. Del primer departamento se sometieron a los tribunales 56 y del segundo 115.
Los otros departamentos judiciales con casos presentados fueron Santiago, San Juan, Montecristi, San Pedro, San Francisco, La Vega, Puerto Plata y Barahona.
Se recuerda que a finales de abril se dispuso el cierre de por lo menos cinco grandes negocios dedicados a la venta de bebidas alcohólicas en la avenida Venezuela, en Santo Domingo Este, por colocar música alta hasta bien entrada la madrugada.
Los imputados por contaminación por ruido, establecida en la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente, suelen ser personas jurídicas como colmados y liquor stores, donde la fuente de contaminación es fija, o personas físicas donde la contaminación es móvil, proveniente principalmente de vehículos y «disco lights».
Un reporte del Ministerio de Medio Ambiente contabiliza que durante el 2010 y lo que va del 2011 se recibieron 1,384 denuncias en esa cartera por contaminación sónica, de las que en su mayoría eran por equipos de construcción, seguidas por colmadones.
Actuaciones judiciales
Entre las actuaciones procesales de los casos conocidos por la Procuraduría estuvieron el cierre del local, desmantelamiento de la música, cambio de ubicación de la bocina, garantía económica o pago de multas, y presentación periódica.
En La Vega se aplicaron también otras medidas como impartición de charlas sobre la contaminación sónica y reuniones con los moradores para llegar a una solución.
Los que no fueron sometidos a los tribunales llegaron a decisiones conciliatorias como mantener el volumen de la música a decibeles aceptables.
Los niveles de ruido permitidos no pueden sobrepasar los 60 decibeles en el horario diurno y los 50 en el nocturno ya que en un nivel más alto son perjudiciales para la salud.
Vía: Diario Libre