Respecto al saneamiento, unos pocos países —Seychelles y la mayoría de los países de África del Norte— han alcanzado cerca del 100 %. Aquellos con más dificultades son Chad y Etiopía. Las instalaciones y prácticas de higiene son mayores en el norte de África (67 %), y peores en África occidental.

La disponibilidad de agua per cápita es mayor en África Central, mientras que la mitad de los países del norte de África parecen tener una escasez absoluta, con menos de 500 metros cúbicos de agua per cápita al año. Debido a su crecimiento demográfico, la disponibilidad ha disminuido recientemente en la subregión de África Occidental, Central y Meridional, y, a escala de país, en Costa de Marfil, Camerún, Somalia, Mozambique y Malawi.

En eficiencia en el uso, los países con predominio de la agricultura obtienen una puntuación más baja. Las infraestructuras hídricas se consideran las mejores en la subregión de África Meridional, y las peores en África Oriental. Sudáfrica, con más del 25 % de todas las grandes presas de África, es superada por Ghana, Zimbabue y Zambia, probablemente debido a una sola megapresa en esos países. Por último, la capacidad de almacenamiento per cápita media de África solo ha aumentado un 3% en los últimos cinco años.

Residuos, riesgo de catástrofes y dependencia

Las puntuaciones de tratamiento de aguas residuales son más altas en los países del norte de África, y más bajas en la parte oriental y occidental. La gobernanza del agua parece estar más avanzada en las subregiones de África del Norte y del Sur, mientras que África Central es la menos avanzada.

El riesgo de catástrofes se ha mantenido sin cambios o ha aumentado. Egipto parece ser el país menos con menos riesgo tienen, mientras que Cabo Verde es el que más, seguido de Yibuti y Comoras. Los impactos del cambio climático empeoran la exposición de los países a las catástrofes naturales y superan su capacidad de adaptación. Por el contrario, en dependencia del agua de las naciones vecinas y su variabilidad de recursos, Egipto destaca como el país africano más dependiente.

Llamamiento mundial

Para comparar la situación de África a escala mundial, los autores piden que se establezcan normas globales para la medición de datos y la evaluación de la seguridad hídrica.

“Con una disponibilidad de datos tan escasa, el progreso hacia la seguridad hídrica es difícil de evaluar con precisión”, argumentan.

Por ejemplo, no es posible estimar el porcentaje de la población africana que tendrá acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura o de saneamiento gestionado para 2030, un Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU clave, acordado en 2015.

“La disponibilidad de datos —o la falta de ellos— puede ser en sí misma un excelente indicador”, recalca. Oluwasanya. “Es necesario que los gobiernos nacionales tomen medidas de inmediato con el apoyo de los agentes internacionales, para mejorar radicalmente los esfuerzos de recopilación de datos para África”, concluye.