CONSULTORIO ECOLÓGICO. Laguna Saladillo

P. Profesor, en Monte Cristi y Dajabón hay preocupación por la laguna Saladillo, las denuncias de daños son recurrentes, pero nunca aparece una respuesta oficial que ayude a salvar esta área protegida ¿cuál es el valor y las riquezas naturales que están bajo riesgo?

R. La laguna Saladillo es un valiosísimo ecosistema lacustre ubicado en la zona de remanso del río Masacre, prácticamente encima de la línea fronteriza domínico – haitiana, al Sur del municipio de Pepillo Salcedo, donde se encuentra la toma de agua del acueducto local y en medio de un inmenso humedal que le sirve de hábitat natural a innumerables especies de aves migratorias.

Tal es la importancia de este cuerpo de agua, con 5.19 kilómetros cuadrados, el más grande del Valle del Cibao Occidental, que desde tiempos precolombinos se le asocia a la convivencia armónica entre los taínos de Guacanagarix y los manatíes, una de las especies de mamíferos marinos que abundaba en las costas quisqueyanas a la llegada de los españoles, en las postrimerías del siglo XV.

Cuentan las leyendas relatadas por los Historiadores de Indias que el Manatí (Trichechus manatus) era tan manso, dócil y carismático que los aborígenes lo utilizaban para cruzar la laguna Saladillo en su lomo. Todavía más, la laguna Saladillo fue el hábitat natural del Cocodrilo Americano (Crocodylus acutus) desde tiempos inmemorables hasta la década de los años 80 del siglo pasado, cuando fue reportado por última vez.

Pero la laguna Saladillo no solo es digna de protección por su valor histórico y cultural, sino que actualmente es el refugio de una extraordinaria diversidad de aves migratorias que la utilizan como estación de descanso y alimentación durante su estadía en esta isla, para luego continuar su vuelo transoceánico y como sitio para la reproducción, cuando se trata de la avifauna endémica y nativa.

A pesar de su inclusión en el antiguo Parque Nacional Monte Cristi y ostentar actualmente el estatus de Refugio de Vida Silvestre, permanentemente recibe la presión de la agricultura, la ganadería, la pesca y la cacería que la mantienen en un constante estado de crisis. Frecuentemente desaprensivos queman la Enea, los Nenúfares y Ciperáceas, entre otras especies valiosísimas de plantas que conforman su inmenso humedal.

Increíblemente el IAD con los asentamientos agrarios, el INDRHI con los dragados y canalizaciones y los cazadores furtivos, contrarrestan los esfuerzos de Medio Ambiente para salvaguardar la laguna Saladillo.

Por ELEUTERIO MARTÍNEZ
eluterioporlavida@gmail.com

Vía: http://hoy.com.do/