En 2008 se llevó a cabo el primer Día Internacional de Limpieza de Costas
Esta historia es parte del especial “Limpiar nuestras costas” de Diario Libre, realizado por Marvin del Cid en colaboración con Oscar Oviedo, Rubén Torres y Nelson Bautista, con motivo del “Día Internacional de Limpieza de Costas”.
En 2008 una turista, que vino al país a practicar buceo, recomendaba en un foro de internet no venir a la República Dominicana porque lo que ella misma había encontrado eran arrecifes muertos y playas llenas de Basura.
Esto motivó a 18 amigos, dominicanos entusiastas por el buceo, a plantearse soluciones. Se pusieron en contacto con la ONG Ocean Conservancy, que desde hace más de 30 años ha reunido a más de un millón de voluntarios alrededor del mundo para participar cada tercer sábado del mes de septiembre en el Día Internacional de Limpieza de Costas.
De esa motivación nace la Fundación Vida Azul, también en 2008. Sus miembros organizaron el Primer Día Internacional de Limpieza de Costas en la República Dominicana en el que participaron cerca de 2,800 personas.
Desde entonces se ha realizado ininterrumpidamente la actividad, y se han ido sumando instituciones públicas y privadas, además de grupos espontáneos que se organizan a lo largo de las costas del país para recoger la mayor cantidad de desechos sólidos.
Para el 2012 Vida Azul reportaba la recogida de 196,000 libras de basura en las costas, ríos y cañadas de todo el país, y habría logrado reunir a más de 20,000 voluntarios, cubriendo unos 147 kilómetros en conjunto.
En junio 2017 el presidente Danilo Medina emitió el decreto 233-17, el cual declaró el tercer sábado del mes de septiembre como “El Día Nacional de Limpieza”, en el marco del Día Interamericano de la Limpieza y Ciudadanía o DÍA DE SOL.
El fin de este movimiento no es solo limpiar las costas, se busca recabar información local sobre el tipo de desechos para entender el origen de estos y plantear soluciones que permitan disminuir el impacto, principalmente de los plásticos, en el ecosistema marino. Además, los datos obtenidos son enviados a Ocean Conservancy para tener un panorama regional sobre la problemática que se transforme en acciones o políticas globales.
Esta data obtenida en el tiempo ha servido para evidenciar que los desechos plásticos más comunes que llegan a nuestras costas son el denominado foam y los plásticos de un solo uso, como botellas de bebidas y fundas plásticas.
Esto ha motivado a grupos ambientales a proponer y exigir que se apruebe de urgencia la Ley de Residuos Sólidos de la República Dominicana, que tiene más de 10 años en discusión en el Poder Legislativo y que al parecer está cerca de ser aprobada y promulgada.
Sin embargo, ambientalistas advierten que la principal debilidad que se evidencia en este proyecto de ley, está en la esperada eliminación programada de los plásticos de un solo uso y contaminantes tan agresivos como el foam.
“A los fines de esta Propuesta de Ley, supuesta a promulgarse en cualquier momento, ni siquiera pone plazo fijo para la eliminación total de los mismos, sino que en varias de sus disposiciones transitorias establece reducciones de los residuos generados, responsabilidad extendida del productor, etc. Por ejemplo, en el artículo 173 manda la creación de un programa especial para la recuperación y eliminación de los desechos del foam, fundas y envases plásticos y cualquier otro tipo de residuos contaminantes […] con una duración de sesenta meses contados a partir de la entrada en vigencia de esta ley”, expresó el ambientalista y experto en la materia Nelson Bautista.
Muchas iniciativas ejecutadas a lo largo de las costas han tratado de reducir el impacto de la basura. Por ejemplo, programas de reciclaje, barreras flotantes, educación ambiental y más recientemente, la puesta en funcionamiento del Interceptor 04 de la ONG The Ocean Cleanup, que junto al Gobierno y la iniciativa privada fue lanzado a mediados de agosto como una solución para evitar que los plásticos lleguen al mar, acción motivada por una afluencia masiva de plásticos en la desembocadura del río Ozama pocos años atrás. Esa situación se hizo notoria a nivel internacional y además fue uno de los motivos para que se produjera el documental “Isla de Plástico”.
No obstante, el Interceptor 04 salió del servicio luego de la tormenta Laura a principios de este mes, al sufrir desperfectos y no se ha informado públicamente cuándo volverá a funcionar.
No todo el plástico que aparece en las costas dominicana es originado en el país, pues en la isla Saona se han encontrado envases plásticos que viajan en la corriente del Caribe desde Sudamérica. Las etiquetas en algunos de estos envases evidencian su origen.
Esta corriente marina, que es la misma que trae gran parte del sargazo a las costas del país, va acumulando y arrastrando plásticos de todo tipo a lo largo del litoral sur.
La mayor parte de este plástico llega al mar desde ríos y cañadas, que pueden provenir de muchos kilómetros tierra adentro, principalmente de afluentes que cruzan dentro o muy cerca de áreas pobladas o de vertederos improvisados.
Los ríos que más arrastran estos materiales flotantes son los que cruzan por barrios populares, donde la alta densidad de personas con un ineficiente sistema de recogida de basura, entre otros factores como educación y conciencia ambiental, hacen que las personas utilicen los afluentes y sus riveras como depósitos de basura. A lo largo de la costa sur del país, desde los ríos Soco, Higuamo, Ozama, Haina y otros hacia el suroeste los residuos flotantes viajan con la corriente a lo largo del año. Parte de esa basura se va acumulando en playas y costa rocosa en dirección oeste, un gran volumen sigue en aguas abiertas, encontrándose de frente con el Parque Nacional Jaragua, en especial con la playa Mosquea, que es uno de los puntos más importantes de anidación de tortugas marinas en la isla.
Esto lo confirma la doctora Yolanda León, bióloga marina e investigadora de Grupo Jaragua. “Creemos que toda la basura plástica y no degradable que vemos en las playas del sur del país es de productos locales. Esto lo deducimos por el tipo de envases, que corresponde a productos de fabricación nacional, algunos con su etiqueta todavía. También esto es de esperarse debido a la configuración de esta costa, la cual es perpendicular a la corriente del Caribe, que es la principal corriente superficial que corre por esta zona”, explicó.
En Santo Domingo, los plásticos que provienen de los ríos Ozama y Haina, sumados a diferentes desagües que descargan en varios puntos del Malecón, obligan a una constante limpieza de las playas y sus alrededores, principalmente luego de lluvias significativas que arrastran grandes cantidades de plásticos a estos cuerpos hídricos.
A los pocos metros al oeste de playa Güibia, jueves 17 de septiembre de este año, Victor Hidalgo recoge con un rastrillo de jardín desechos sólidos sobre la arena. Él es un pescador de la zona, y junto otros más, se encarga de mantener limpia franja de playa de unos 300 metros de largo. Reciben una paga mensual por parte del Ministerio de Medio Ambiente, por servicios ambientales. Estos pescadores, además de limpiar la playa, monitorean y protegen a las tortugas marinas que anidan en ella.
El trabajo de estos hombres es constante. Hidalgo dice que deben limpiar tres o cuatro veces a la semana, pero cuando llueve deben hacerlo a diario. Mientras mete en fundas los desechos, en especial botellas de un solo uso y restos de foam, explica que apenas dos días antes había limpiado la playa y que si dejarán de hacerlo se llenaría completamente y podría afectar a tortugas anidantes.
Momentos antes, Diario Libre había visitado playa Manresa en Haina. José Peguero y Guillermo Méndez esperan en la playa con una docena de fundas con basura a que la alcaldía pase a recogerlas. Junto a otros cuatro pescadores se encargan de mantener limpia la playa de este barrio popular. Estos también reciben una paga mensual por servicios ambientales, recoger basura y proteger a las tortugas marinas y sus nidos.
Deben limpiar cinco o seis veces a la semana, a veces hasta dos veces al día, porque reciben desechos sólidos que llegan desde los ríos Ozama y Haina.
Con una playa prácticamente limpia ya a las 9:00 de la mañana, se enteran que el sábado posiblemente lleguen voluntarios a recoger desechos por el Día Internacional de Limpieza de Costas, a lo que responden tranquilamente: “No te preocupes que de aquí al sábado va a haber mucha”.
Al igual que los pescadores del Malecón, tienen más de siete años limpiando su playa, como parte del Programa Nacional de Protección y Monitoreo de Tortugas Marinas.
Para Oscar Oviedo, presidente de la Fundación Vida Azul, en estos últimos 12 años de limpieza de costas se ha avanzado bastante pero todavía queda un largo camino por recorrer.
“Si pudiéramos montarnos en una máquina del tiempo y volver al 2008, cuando se hizo la primera limpieza de costas, mostrando todos los avances que tenemos al día de hoy, posiblemente no hubiéramos creído lo mucho que hemos avanzado. El sueño de todos los que limpiamos playas es, algún día, no tener una playa que limpiar. No porque hayamos limpiado mucho, sino porque cada día se genera menos residuos que nunca tendremos que limpiar”, concluyo el ambientalista.
El Covid-19 y el Día Internacional de Limpieza de Costas
Tanto organizaciones internacionales como Ocean Conservancy y locales como Vida Azul aconsejan tomar las precauciones y lineamientos de las autoridades locales. Mantener el distanciamiento y usar mascarlillas, guantes y gel o alcohol.
El Ministerio de Medio Ambiente aclaró esta semana que este año no hay convocatoria pública para la jornada de limpieza de playas. Explicaron por diferentes medios que solo las organizaciones autorizadas podrán participar del evento.
Pero para mantener el espíritu de la actividad invitan a participar virtualmente a partir del 21 de septiembre, descargando fondos para videollamadas de playas limpiadas el sábado 19, las cuales pondrán a disposición en https://lavideollamadamaslimpia.com.