P. Profesor, durante la celebración del Día del Árbol bajo la sombra de la Ceiba de Tamboril, las autoridades de Medio Ambiente dijeron que el lugar escogido era un área protegida, ¿pero un árbol por sí solo reúne méritos suficientes como para ser un área protegida?
R. En primer lugar, debemos aclarar que este hermoso ejemplar de Ceiba pentandra, en realidad no pertenece a Tamboril, aunque todo el mundo así lo cree o al menos, la asocia a esta pequeña urbe cibaeña, si no que se encuentra entre los dominios territoriales de Licey y, desde luego, previo a estas nuevas demarcaciones administrativas, era Santiago de los Caballeros quien le brindaba albergue.
A lo mejor, esa fue la razón por la cual los tres alcaldes de los Ayuntamientos de Licey, Tamboril y Santiago, junto a los ediles y demás autoridades municipales de tales cabildos, hicieron acto de presencia en tan feliz ocasión de la celebración del Día del Árbol. Tal parece que todos se disputaban el privilegio de tener entre sus riquezas más valiosas, el prototipo de árbol más emblemático, más corpulento y más frondoso que le queda a la República Dominicana de lo que en el pasado, fue la floresta originaria del Valle del Cibao.
Esta ceiba, con aproximadamente 850 años, es el árbol más grande que existe en el territorio nacional, con una altura que supera los 40 metros y una corona con más de 50 metros de diámetro. Sus raíces se extienden radialmente desde su tronco y para asombro del visitante, emergen a 35 y 45 metros de distancia, atravesando la vía Licey – Tamboril, a la altura de la comunidad de La Peña.
El solo hecho de ser el árbol mejor desarrollado del país, en perfecta salud y en plena producción de semillas, le brinda atributos suficientes para ser declarado como un “Monumento Natural”. Lo cierto es que al observar su tronco majestuoso, donde se necesitan al menos 30 hombres agarrados de las manos para poder abarcar de forma circular su sistema radicular y ver la forma desafiante en que se eleva hacia las alturas, despierta sentimientos de respeto y veneración.
Tiene que ser un honor para las autoridades locales y nacionales, así como para todo hijo de esta tierra, rendirle tributo a esta ceiba monumental, al conmemorarse el “Día del Árbol”. Con justa razón es el logo y el símbolo del Ministerio Ambiente.
Eleuterio Martínez
Hoy Digital