Cuando mi hermano me habló del caso de La Cementera y Los Haitises me sentí muy motivada, especialmente porque Juan José estaba participando activamente en algo que está convencido es lo mejor, mi emoción no es porque nunca lo había hecho, sino que con el amor que lo hizo, sólo lo he visto así con su hija Mariam Esther y su hijo Diego José.
El hecho de ver cómo su camisetas Aborigen se “expresaba” en contra de lo que los dominicanos y las dominicanas sentimos, me hizo sentir orgullosa e identificada con la problemática y por esta vía también dije lo mío.
Lo que es la camiseta en sí no es lo significativo, lo importante es que él gastó de su dinero para una causa que entiende que es beneficiosa, se unió a otros grupos, participó y así como Juan José, que hablo de él por ser un caso muy cercano, hubo muchas personas que dijeron un No rotundo a que se construya La Cementera en el Parque Nacional Los Haitises.
Pese a su suspensión, hasta nuevo aviso ordenada la pasada semana por el Tribunal Contencioso y Administrativo del Distrito Nacional, las organizaciones que se oponen a su construcción mantendrán sus manifestaciones. Y es ahí donde radica mi alegría. El movimiento La Revuelta, medios informativos y la comunicadora Consuelo Despradel, lograron ser la voz de muchos que no tienen voz.
Yo creo que la suspensión, aunque sea temporal y esperemos que sea definitiva, es un paso que demuestra la importancia de la molivilización y participación ciudadana. De que ya no nos podemos quedar sentados y que debemos demandar, así como nos exigen el pago de los impuestos.
Cada Junta de Vecino, cada Pastoral Juvenil, cada grupo de jóvenes, asociaciones de padres, madres y profesionales son núcleos que tienen una gran responsabilidad, demostraron que cuando nos unimos, cuando estamos juntos los resultados son buenos.
Es hora de reconocer que el país no es de los funcionarios, ni del Presidente, ni mucho menos de los “tutumpotes”, sino que es nuestro, y que todas y todos los dominicanos tenemos derechos sobre él.
Por esta vía felicito a todas las personas que se movilizaron para que La Cementera no sea instalada en una de las bellezas naturales de nuestra hermosa Quisqueya, gracias a todos y a todas, y especialmente a mi hermano, porque su granito de arena me hace sentir que ha valido la pena ser su hermana por más de 30 años.
Por: Sylvana Marte
Listin Diario